Conversando con Héctor Cataldo Ávila: Prisioneros de Guerra o Presos Políticos
Se incorpora a estos "Diálogos con un Sobreviviente" un gran amigo de infancia, Héctor Cataldo Ávila. Estudiamos juntos en el colegio experimental "Rubén Castro" de Valparaíso, entre 1961 y 1966. Hemos llevado en paralelo historias que ahora quieren volcarse testimonialmente, en el ejercicio de la memoria.
Héctor Cataldo es un hombre inteligente, racional, con una trayectoria consecuente con sus ideales. Íntegro y vehemente. Compañeros de ruta, dos vidas en paralelo, con visiones ideológicas que pueden disentir, pero con principios comunes entronizados en el humanismo, en el respeto mutuo, la tolerancia y un común compromiso con la Verdad.
Tal como lo hemos venido haciendo con Roberto Sapiains Rodríguez, sentamos ahora a la mesa virtual del debate a Héctor Cataldo, para remontarnos a esa época en que nos incorporamos a la vida universitaria, sumándonos con pasión y liderazgo a la construcción de un mundo más justo. Han pasado 40 años de entonces, pero aún quedan ganas de cambiarlo todo y eso es lo importante.
Me interesa desplegar estas conversaciones porque serán útiles para las generaciones actuales y futuras. Lo hacemos en las postrimerías del año 2006, cuando ya el ex-dictador ha muerto, quedando pendiente una enorme deuda con la Verdad, la Justicia y la Reparación.
Héctor: Me gusta el enfoque; histórico pero personal. Debo confesarte que me siento
más cómodo con preguntas que tienen respuestas claras, precisas y demarcadas
(como los test objetivos o de selección múltiple). Sin embargo voy a hacer un
esfuerzo por separar lo que fue, de lo que pensé o creí y de la imaginación
que se cuela a caballo del tiempo, del olvido selectivo y del alzheimer. Pero
como es testimonio me voy a tomar el tiempo, por razones obvias, tú marcas por donde comenzamos...
Hernán: Dejemos por ahora un título inicial. Me gustaría, para enlazar con los temas que revisamos anteriormente con Sapiains, clarificar un concepto. Tú perteneces a la Asociación de Ex Presos Políticos y Roberto a la de Ex-Prisioneros de Guerra... ¿Qué tal si partimos por este tema?
Héctor: En los primeros meses después del golpe, los propios militares nos denominaban prisioneros de guerra. Recuerdo que en
Héctor: Aunque las ejecuciones, desapariciones y torturas se hicieron, en cualquier caso, al margen de toda juridicidad y esto, en mi opinión, se explica porque no hubo Guerra, esas fueron acciones represivas, expresión del terrorismo de estado que impuso Pinochet. No hubo caídos en combate. No se puede mencionar tal o cual batalla ni tal o cual combate. No existen generales vencidos que se pudieran haber rendido, ni clases ni tropas entrenadas, enroladas o convocadas para la defensa del gobierno de
Lo que configura es un escenario de sedición, de traición, de violación de las obligaciones constitucionales que tenían no sólo los militares involucrados, sino también los civiles que los apoyaron, es decir, los empresarios como los de
Pero volviendo al escenario del golpe, lo que ocurrió en mi opinión, fue una interrupción violenta y sediciosa de un proceso democrático y eso no es un evento militar sino un evento político.
Hernán: El gobierno constitucional tenía en su institucionalidad a las fuerzas armadas. Pero dentro de la coalición y más a la izquierda de ella, se contaba con cuadros - no podría determinar un número - que tenían formación militar, muchos habían recibido entrenamiento en Cuba. Había grupos extremistas que pregonaban la vía armada y eso, aunque en los hechos se haya desvirtuado, generó en la propaganda golpista una justificación para ese "estado de guerra interna". Recuerdo que hubo rudimentarias organizaciones de trabajadores o pobladores para resistir en caso de golpe. Por ello, en su discurso final el Presidente Allende dio orden de no sacar al pueblo a la calle, no quería una masacre. Pero la concepción de los golpistas era de aniquilamiento del enemigo...
Héctor: La condición de guerra implica reconocer legitimidad al concepto de enemigo interno, que a instancias del pentágono acuñó la dictadura, pero hasta donde yo se ninguna democracia, por tanto ningún demócrata, sostiene una idea de esa naturaleza. Si no hay un enemigo real al que el ejército deba enfrentar, no hay guerra posible. Hay otra cosa pero guerra no.
Hernán: Las violaciones a los convenios de Ginebra han sido hoy la clave para que se elimine la ley de amnistía que se creó la dictadura en 1978 y para que no prescriban delitos de lesa humanidad...
Héctor: Otro cuento es que existan precedentes jurídicos internacionales que permitan procesar más eficazmente a los criminales de guerra que a los sediciosos que violan los derechos humanos. Incluso puede ser más fácil el camino de la reparación. Pero eso no cambia la naturaleza del fenómeno.
Héctor: Veamos entonces; la búsqueda de Verdad y la verdad misma, no pueden tener más de una expresión.
Por otra parte
Donde aparecen diferencias es en el marco jurídico en el que se pretende realizar los procesos. Los ex prisioneros de guerra van a procesar a criminales de guerra y recurrirán a los precedentes establecidos por los juicios de Nuremberg, con todo el peso jurídico, político y de opinión que ello implica. Esto puede servir - sobre todo las causas que se ventilen a nivel internacional - para apoyar la situación de los prisioneros de las aventuras militares del Imperio estadounidense que están en Guantánamo, en Irak, en Afganistán y en todos aquellos lugares que, en el futuro, alcancen a ser víctimas de esta forma violenta, sangrienta, antidemocrática y prepotente de imponer la dominación y el modo de producción capitalista.
Los ex presos políticos, por su parte, procesarán a criminales responsables de delitos de lesa humanidad. Los perseguirán por violaciones a los DDHH. Para ello recurren a las convenciones, acuerdos y declaraciones que internacionalmente se han hecho sobre el tema y a la obligación que tienen los estados firmantes de procesar, sancionar y reparar.
Con esto apoyarán todas las luchas que en el mundo se libran contra la dominación, contra la discriminación, por la democracia y por el respeto a los DDHH. Serán un precedente contra los excesos represivos en general, contra la tortura (en tiempos de guerra o no), contra la discriminación étnica, contra la represión a la movilización social. Son, los juicios por DDHH, un gancho para reabrir e impulsar la lucha por el Defensor Público. Son un precedente para sostener que los DDHH son defendibles, son sancionables y deben ser respetados.
Héctor: En cuanto a
Al respecto tengo una observación o crítica y por tanto una discusión pendiente, con mis pares exPP y que tiene relación con la extensión de las demandas. El anteproyecto de ley de reparación original contemplaba 6 ó 7 puntos reivindicativos que tenían el acento puesto en lo moral por sobre lo material, como resultado del equilibrio de fuerzas al interior de las orgánicas. Con el tiempo, debido a la reiteración de las ideas de fundamentación y a la aparición de nuevos sobrevivientes a la tortura en esas organizaciones y la revelación de los dramas económicos atribuibles directamente a la represión de que fueron víctimas, fue creciendo en importancia y contenido la parte pecuniaria. Esto permitió objetivar un poco más el tema de las demandas, como decía un amigo, puso un cable a tierra. Sin embargo también dio pábulo para hacer crecer desmesuradamente las demandas llagando, en el último documento unitario a 16 puntos. Esto se traduce, con el seguro beneplácito de algunos sectores, en una plataforma inmanejable, imposible de satisfacer para el estado y de vigencia permanente para las organizaciones de ex PP. El segundo punto es el mas preocupante porque los objetivos de una organización de exPP deben apuntar a resolver los apremios en los que viven las víctimas como resultado de la tortura y prisión política y no a prolongarlos. Deben obligar al estado a cumplir con su obligación de reparar Justa y Oportunamente. No puede la plataforma transformarse en la excusa para no reparar y, sobre todo en la principal dificultad para tratar comunicacionalmente la problemática de los exPP. Es por eso que mi propuesta va en el sentido de privilegiar las demandas que favorecen a todos los afectados por sobre las particulares (ampliar el universo de reconocidos, aumentar la pensión, obtener indemnización por cada día de detención, becas de estudio para hijos y nietos, mejor programa de salud), facilitando así su divulgación, la obtención de apoyo político y de solidaridad internacional.
Héctor: Efectivamente, esto corresponde al tema de
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