Saturday, December 31, 2005

Carta pendiente de respuesta

Una Carta Abierta espera respuesta.

Roberto Sapiains, ex prisionero de guerra, ha escrito al Intendente Regional, Luis Guastavino Córdova una carta abierta que se ha publicado en el blog www.robertosapiains.blogspot.com y ha sido enviada por su autor a todos los medios, en la cual le solicita, respetuosamente, que clarifique su posición frente a los incumplimientos de los Convenios de Ginebra en que estaría incurriendo el Estado de Chile.

En su presentación, Roberto Sapiains presenta una relación extensa de tales situaciones y le pide al Señor Guastavino que defina públicamente su posición respecto a las citadas actuaciones de las instituciones del Estado de Chile. Habiendo compartido instancias de dirección política provincial en el gobierno de la Unidad Popular, la carta de Sapiains a Guastavino es un importante documento para clarificar los entretelones que se vivieron antes del golpe de estado, estableciendo las diferencias en cuanto a actuación de ambos frente a esa situación. Sapiains fue detenido el mismo día 11 de septiembre, mientras Guastavino, protegido por vecinos, evitaba el arresto y lograba escapar. La carta abierta emplaza al actual Intendente a que reconozca que en Chile se vivió un estado de guerra interna, formalizado el día 12 de septiembre por DL Nº5 de la Junta Militar, según el cual, ellos, Guastavino y Sapians, en ese mismo orden, eran los “enemigos”.

En lo medular, expone:

“1) Que a comienzos del mes de junio de 1973, el señor Aristóteles Berlendis, Serenísimo Gran Maestro de la Masonería de Chile, aplicó la sanción de “poner en sueño” a la Logia Pedro Aguirre Cerda, en la cual participaban la mayoría de los políticos de izquierda miembros de esa Honorable Institución, incluyendo al Presidente de la República Dr. Salvador Allende, en el grado de Maestro. Esta sanción causó un gran impacto al Presidente Allende y a todo su equipo de gobierno, de lo cual fui testigo presencial, y, debo decirlo, constituyó el Primer Golpe en el camino hacia el 11 de septiembre de 1973. Así lo manifestó el mismo Presidente Allende en un emocionado Mensaje al país desde el entonces edificio de la UNCTAD, en Santiago de Chile.

2) Se ha establecido, más allá de toda duda razonable, que la CAUSA de esa SANCIÓN era totalmente falsa, ya que el Presidente Allende NO estaba preparando un Autogolpe de Estado para imponer la Dictadura del Marxismo Revolucionario al estilo Cubano en Chile. Esta acusación fue planteada en el presunto PLAN ZETA y todos quienes fuimos acusados de participar en ese Plan, hemos logrado probar finalmente la total falsedad de esa acusación.

Así lo reconoce el Informe Valech, al establecer ‘a firme’ que:

“Los esfuerzos de propaganda del régimen buscaron crear –con el apoyo de los medios de comunicación partidarios, que amplificaban la versión oficial de los hechos- un clima de opinión favorable a la aplicación de acciones punitivas. Resulta ilustrativo el presunto Plan Z, que habría definido genéricamente las víctimas en la mira de la izquierda abocada a la conquista del poder total por medio de la fuerza, y que evidencia, por parte de los militares y de sus colaboradores civiles, la pretensión de disculpar las medidas represivas, así presentadas como actos de legítima defensa. El Plan Z destacaba entre los alarmantes hallazgos consignados en el Libro blanco del cambio de gobierno en Chile, obra redactada para suscitar apoyo emocional al golpe militar y sus consecuencias, ilustrada con fotos del “armamento de guerra pesado y liviano encontrado por las fuerzas militares y de orden en los arsenales de la Unidad Popular”. Este libro, cuyas revelaciones nunca han podido ser validadas empíricamente, presentaba al pronunciamiento militar como la oportuna y justa reacción al inminente autogolpe de la Unidad Popular. La “parte más siniestra de dicho operativo –se informaba a la desprevenida población del país- era el exterminio simultáneo, en todo el país, de los altos oficiales de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, así como de dirigentes políticos y gremiales opositores. Se perseguía, con este golpe criminal, que debía iniciarse el 17 de septiembre, paralizar por el terror toda resistencia a la dictadura de la Unidad Popular, que se implantaría de inmediato”. Debe consignarse que el Libro blanco serviría como prueba inculpatoria en procesos llevados a cabo por tribunales militares, lo que constituía una violación a las normas imperantes de admisibilidad de los medios de prueba. Entre los partidarios del golpe militar, tampoco debe desestimarse su papel legitimador de la violencia política, acompañada de indulgencia ante los atropellos al imperio del Derecho, incluso al interior del Poder Judicial”. (Páginas 162 y 163 del Informe Valech)

3) Que yo, Roberto Sapiains Rodríguez, dirigente provincial del Comité de la Unidad Popular en Valparaíso, en representación del Partido Izquierda Cristiana, aprobé la decisión del Comité Provincial, tomada en el mes de julio de 1973, de crear una Coordinadora de los Aparatos Armados de los partidos de la Unidad Popular en Valparaíso para defender al Gobierno del presidente Allende de una eventual Ofensiva Armada Golpista. Me permito recordarle que usted, como representante del Partido Comunista al Comité Provincial, también votó a favor de dicha decisión. Además, usted participó en mi designación en el cargo de COORDINADOR entre el Comité Provincial de la Unidad Popular y la citada Coordinadora de Aparatos Armados, sin que esto implicara Mando Directo de mi parte sobre ninguno de los Aparatos Armados de cada partido.

4) Que estoy convencido de que si usted hubiera sido capturado por algún Destacamento de Comandos de Infantería de Marina le hubiera ocurrido lo mismo que a mí me ocurrió y hubiera tenido que enfrentar Consejos de Guerra acusado de ser el Líder de los Prisioneros de Guerra de Valparaíso. Entiendo entonces que usted relate al diario El Mercurio de Valparaíso del día Domingo 4 de septiembre de 2005, “la odisea que vivió mientras estuvo oculto en este Puerto, entre el 11 de septiembre y fines de octubre de 1973, cuando fue llevado a Santiago para que se asilara” También entiendo su indignación respecto a las “falsas acusaciones” propaladas por la prensa de la Junta Militar, tanto sobre su huída “vestido de mujer” como sobre “los 145 mil dólares y siete millones de escudos en billetes de cinco mil, que todavía no salían a la circulación y que estaban en pliegos sin cortar”. Fueron efectivamente “malévolos procedimientos perpetrados a mansalva” como usted lo señala a esa publicación de El Mercurio, y la mayoría de nosotros sentimos la misma indignación respecto de ellos.

5) Pero, a mí personalmente siempre me extrañó que los comunistas negaran tan firmemente las “falsas acusaciones” respecto a su persona, como dirigente del P.C en Valparaíso, y, a la vez, creyeran con tanta facilidad esas mismas acusaciones cuando fueron formuladas en mi contra como Dirigente Provincial de la Unidad Popular. Debo reconocer sí algunas importantes diferencias entre su caso y el mío: Respecto al dinero, yo tenía en mi domicilio particular dinero efectivo en la cantidad total de 14.500.000 de escudos, fondos públicos que pertenecían a la Corporación de Desarrollo de Valparaíso y Aconcagua, CORDVAC, y que estaban legalmente bajo mi custodia personal. De la misma forma, mantenía en mi casa la cantidad de 85.000 dólares en billetes. Además de valores financieros, como libretas de ahorro y Certificados de Ahorro Reajustables, y dinero efectivo adicional en fajos de billetes de quinientos y cien escudos, por un valor total aproximado de 15.000.000 de escudos. Sin embargo, “las falsas acusaciones” consistieron en acusarme vía El Mercurio y La Estrella de Valparaíso de esa época, de haber cometido el presunto delito de malversación de caudales públicos, precisamente con los dineros de la CORDVAC, que una vez incautados por la Fiscalía Naval los hicieron “desaparecer” y nunca fueron reintegrados a la Corporación.

6) Otra de las importantes diferencias entre su caso y el mío, es que yo decidí quedarme a cumplir con mis responsabilidades respecto a los compañeros de base de los partidos de la Unidad Popular, que obedeciendo nuestras órdenes como dirigentes de la UP en Valparaíso, se habían acuartelado para resistir la Ofensiva Armada del Fascismo Golpista. No critico a quienes tuvieron que arrancar a asilarse, ya sea con o sin Orden de Partido, sólo me permito establecer la diferencia que para mí en muy importante como cuestión de honor. Debido a mi actitud de asumir responsabilidades fui acusado, procesado y condenado como Criminal de Guerra por un Consejo de Guerra Naval que infraccionó gravemente el Convenio de Ginebra Relativo al Trato de prisioneros de Guerra, ley internacional vigente en Chile desde el año 1951 y aplicable a la situación en virtud del Decreto ley Nº 5, que declaró jurídicamente el Estado de Guerra en Chile, a contar del 11 de septiembre de 1973. Esta es la situación que hoy día muchos compañeros del pasado están negando, no queriendo reconocer la situación de miles de prisioneros de guerra en Chile que vieron violados flagrantemente todos sus derechos humanos, como lo ha comprobado el Informe Valech en los párrafos que me he permitido citar.

7) Por lo tanto, le solicito respetuosamente señor Intendente de la Quinta Región de Valparaíso, don Luis Guastavino Córdova, que usted defina públicamente su posición respecto a la aceptación íntegra del Informe Valech y manifieste su rechazo a la decisión del señor Presidente de la República de Chile, don Ricardo Lagos Escobar, de “declarar secretos, por al menos 50 años, los antecedentes recolectados por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura”, lo que obviamente nos impide a todos los que fuimos Calificados en la Lista Nacional del Informe Valech, de hacer uso de dichos antecedentes para incoar causas judiciales que se fundamenten en el testimonio rendido ante la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura presidida por Monseñor Valech.

Es Justicia.

Roberto Sapiains Rodríguez

Ex-prisionero de guerra de Valparaíso

RUT 4.827.910 - 4

VALPARAÍSO, 25 de Diciembre de 2005.-

Friday, December 30, 2005

Caso Riggs: Pinochet es desaforado por malversación de platas públicas

30 de Diciembre del 2005


Caso Riggs: Pinochet es desaforado por malversación de platas públicas


Corte de Apelaciones de Santiago visó por 21 votos contra tres una solicitud remitida pocos días antes de pasar a la Suprema por el primer ministro en visita de la causa, Sergio Muñoz.


El Pleno de la Corte de Apelaciones de Santiago desaforó al ex comandante en jefe del Ejército Augusto Pinochet Ugarte, gracias a lo cual podrá ser procesado por el delito de malversación de caudales públicos en el marco del caso Riggs.

Un total de 21 ministros se inclinaron por el despojo de los privilegios del otrora gobernante, mientras que a su favor votaron esta mañana de viernes los jueces Alfredo Pfeiffer, Cornelio Vilarroel y Raimundo Díaz.

La petición había sido remitida en octubre pasado por el primer magistrado a cargo de la causa, el hoy miembro de la Corte Suprema Sergio Muñoz.

La solicitud apunta a esclarecer el eventual desvío de dineros fiscales, ascendientes a unos US$ 2 millones, particularmente los fondos reservados que manejó la Casa Militar, al patrimonio del ex uniformado.

Entre los jueces de la Corte de Apelaciones que votaron a favor del desafuero, estuvo Víctor Montiglio, que procesó a Pinochet y ordenó su arresto domiciliario el pasado 24 de noviembre en el juicio por los crímenes de la Operación Colombo.

Montiglio, que se hizo cargo de ese juicio el pasado abril al jubilarse el anterior encargado, Juan Guzmán, hasta ahora había votado sistemáticamente a favor del nonagenario general.

En el caso de las cuentas secretas también están procesados, como cómplices de fraude tributario, la esposa de Pinochet, Lucía Hiriart; el hijo menor de ambos, Marco Antonio; el ex albacea del general, Oscar Aitken y su secretaria privada, Mónica Ananías.

El 19 de octubre pasado, el máximo tribunal del país visó el desafuero de Pinochet por los eventuales delitos de declaraciones de impuestos maliciosamente incompletas entre 1980 y 2004 y adulteración de su declaración de bienes ante notario al retirarse de la Presidencia de la República, en 1989.

En aquella ocasión, también consideró los delitos de falsificación de pasaportes y documentación fiscal de la Subsecretaría de Guerra para acreditar ingresos, desestimando la elusión del embargo decretado en 1998 por la justicia española y la compra de terrenos en El Melecotón.

El juez Cerda ordenó recientemente la tasación de todas las mansiones que Pinochet se ha hecho construir en diversas localidades del país y también de las bibliotecas que mantiene en cada una.

También ha concentrado la investigación en el hijo mayor del ex dictador, Augusto Pinochet Hiriart, a fin de establecer su grado de participación en el ocultamiento de la fortuna de su padre.

El Mostrador.cl/ EFE

Thursday, December 29, 2005

Ángeles en La Dehesa

El Dictador ha sido prontuariado.
Reproducimos el artículo de Patricia Verdugo, que nadie debe dejar de leer.

Prontuario de Pinochet:

Ángeles en La Dehesa

Por Patricia Verdugo

Cuando ayer entraron en la casa de Pinochet los funcionarios de Investigaciones y del Registro Civil, llevaban sobre sus cabezas -invisibles- al menos 119 espíritus que han clamado por justicia por tres décadas. Las 119 víctimas de la llamada Operación Colombo.

De frente, general. Ahora, de perfil. Su mano derecha, general. Ahora su izquierda. Estire bien los dedos...


Uno de esos espíritus es el de Muriel Dockendorff. Era muy linda y tenía solo 23 años. Estudiaba Economía en la universidad. Era prima de quien hoy es ministro de la Presidencia, Eduardo Dockendorff. Fue arrestada en 1974 en su casa, arrancándola de brazos de su madre que clamó por saber adónde la conducirían los agentes secretos. Muriel se perdió en la espesa niebla de los detenidos que desaparecieron en los campos de concentración. Y como si hubiera intuido lo que iba a ocurrirle, escribió estas líneas a una amiga que también estaba arrestada en Cuatro Alamos: “Nos encontraremos a través de la niebla que despejaremos. No me olvides, camarada”.


También de 23 años y estudiante de Derecho de la Universidad de Chile era Cecilia Castro Salvadores. Fue arrestada en 1974, un año después del golpe militar. Era una de las mejores amigas de la ex canciller y electa senadora Soledad Alvear.
Muriel y Cecilia eran dos jóvenes chilenas, cultas e inquietas, soñaban con un mundo mejor y no habían cargado más armas que sus lápices para dibujar un Chile justo y solidario. Eso era todo y eso las hacía peligrosas.

Pertenecer a un partido de izquierda y no rendir su conciencia ante el terror de la dictadura.
No hubo tribunales. No hubo acusaciones ni derecho a defensa. Sabemos lo que hubo y no es necesario entrar en detalles para sentir escalofríos.

Podríamos hasta rogar por un rápido disparo en la nuca, pero sabemos que la tortura se toma días y semanas que parecen eterna pesadilla hasta destruir a un ser humano.


Muriel y Cecilia son dos de los 119 chilenos que sucumbieron en la llamada Operación Colombo, por la que el general Pinochet está siendo procesado y ayer fue prontuariado. La mayor parte de las víctimas son jóvenes, menores de 30 años. Los 119 no tienen en común ni el partido político, ni la fecha de arresto, ni el campo de concentración. Su común denominador es una siniestra operación matemática que eligió 60 nombres para conformar una lista y 59 para otra, sumando 119 en una “acción de comunicaciones” que requirió del apoyo de la prensa pinochetista.


Los hechos son simples. La ONU presionaba a la dictadura chilena para que respetara los derechos humanos. La Iglesia Católica presentaba recursos de amparo por los prisioneros que no aparecían. Y el general Pinochet aceptó la propuesta de su jefe de inteligencia, el coronel Manuel Contreras.

¿En qué consistió la Operación Colombo? En inventar una "noticia" para deshacerse de máas de un centenar de muertos. La tal noticia informó que guerrilleros chilenos, infiltrados clandestinamente en Argentina, se habían enfrentado en una batalla por pugnas internas. Y el trágico saldo era de 119 muertos.

Las listas fueron publicadas por dos revistas de única edición – la argentina
Lea y la brasileña O’Dia- y la agencia UPI difundió la noticia que fue titular de portada de los diarios chilenos por varios días. Incluso el diario vespertino La Segunda –perteneciente a la cadena de El Mercurio- tituló “Exterminados como ratones”. Imagine por un momento que, en esas listas, aparece el nombre de su hermano, de su padre, de su hijo. Imagine lo que ocurrió con los padres de Muriel y de Cecilia. Las listas se publicaron hace 30 años y demás está decir que nunca aparecieron -en Argentina- los cuerpos de los muertos en esa supuesta batalla.

El dolor de las familias ahora se alivia. El ahora lúcido Pinochet está sometido a proceso y un juez valiente, Víctor Montiglio, ordenó prontuariarlo. Paso a paso, a golpes de sol y de agua, de memoria y de coraje, se avanza en la tarea de hacer justicia.

Tuesday, December 06, 2005

EN CHILE HUBO UN ESTADO DE GUERRA INTERNA Y ESTO ES LA CLAVE PARA EXIGIR JUSTICIA



En definitiva SÍ hubo jurídicamente un Estado de Guerra en Chile a partir del 11 de septiembre de 1973, tanto porque "existió la rebelión militarizada capaz de provocar el estado de Guerra interno" como porque la propia Junta Militar de Gobierno declaró legalmente ese Estado o Tiempo de Guerra por medio del Decreto Ley Nº 5.

Así lo reconocen, en el fallo en comento, los ministros de la Sala Penal de la Corte Suprema Enrique Cury y Jaime Rodríguez Espoz, “quienes estimaron que el caso es imprescriptible porque el día en que ocurrieron los hechos el territorio nacional se encontraba jurídicamente en estado de guerra interna por el estado de sitio decretado por la autoridad”.

Lo que efectivamente NO hubo fue una “guerra interna” que implicara una resistencia armada masiva y a nivel nacional, que se opusiera en combate y otros actos de resistencia a las NUEVAS AUTORIDADES MILITARES DE FACTO.

A excepción de la HEROICA RESISTENCIA EN LA MONEDA Y OTROS ACTOS AISLADOS Y ESPORÁDICOS. Es esta situación la que pretenden argumentar los ministros de la Sala Penal de la Corte Suprema, Nibaldo Segura y los abogados integrantes Luz María Jordán y José Fernández al desconocer la existencia de un estado de guerra en Chile que haría aplicable los Tratados internacionales, sosteniendo que "no se ha acreditado ni tenido por establecido en autos que en la fecha señalada (octubre de 1973) existía en Chile una oposición entre dos Fuerzas Armadas o bien entre las Fuerzas Armadas de Chile y uno o más grupos armados que no reconocían la autoridad de la primera y que estaban bajo el mando de una autoridad responsable, que ejercía dominio o control sobre una parte del territorio chileno, lo que le permitía realizar operaciones militares sostenidas y concertadas, y aplicar las disposiciones del derecho humanitario".

Pero, como ya lo he explicado, esta falta de resistencia armada se debió a la Orden Superior que dio el Presidente Allende en su último Mensaje al país, en la cual mandó a quienes éramos Dirigentes de la Unidad Popular que “NO sacáramos al pueblo a las calles”.

Esta Orden Superior sólo podía interpretarse de una manera: “EL COMPAÑERO PRESIDENTE SABÍA QUE TODO ESTABA PERDIDO Y QUISO EVITAR UN MAYOR COSTO A TODOS QUIENES ESTÁBAMOS DISPUESTOS A DEFENDER SU GOBIERNO HASTA LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS”.

Esto, más su Resistencia Heroica en La Moneda hasta entregar su propia vida, es lo que nos queda COMO LECCIÓN PARA NUESTRA MEMORIA HISTÓRICA. Muchos compañeros estarán en desacuerdo con este análisis de la situación y pensarán que al reconocer el HECHO de un “Estado de Guerra declarado jurídicamente” sólo estaremos LEGITIMANDO EL DELITO de “alzamiento a mano armada contra el Gobierno legalmente constituido” y reconoceremos a la AUTORIDAD MILITAR DE FACTO las atribuciones para actuar en Tiempo de Guerra.

Yo sostengo que es todo lo contrario, que el reconocer la existencia jurídica del Estado de Guerra NO implica ACEPTAR O ESTAR DE ACUERDO con lo obrado por las Fuerzas Armadas Sediciosas.

Reconozco que EN CHILE HUBO UN GOLPE DE ESTADO y NO estoy de acuerdo para nada con que hubiera ocurrido. De hecho todo mi accionar como Dirigente de la UP estuvo orientado a EVITAR QUE EL GOLPE OCURRIERA. De la misma forma, reconozco que EN CHILE HUBO UNA DECLARACIÓN LEGAL DEL ESTADO DE GUERRA, sin que ello signifique que tenga que estar de acuerdo con el argumento de los MILITARISTAS de que hubo un real PELIGRO DE GUERRA CIVIL por el accionar de grupos de extrema izquierda. NO, no lo hubo... porque el Presidente Allende iba a renunciar a su cargo ANTES DE QUE SE PRODUJERA CUALQUIER ACCIÓN AL RESPECTO.

Sólo el engaño de que fue objeto, cuando se organizó un pretendido diálogo con Patricio Aylwin para buscar una Solución Política a la CRISIS INSTITUCIONAL, dilató los plazos para hacer efectiva su Renuncia. Por otra parte, como Aylwin era el Jefe de la Oposición al Gobierno de Allende lo único que hizo fue ganar tiempo para los Golpìstas y para ello utilizó la BUENA FE del Cardenal Raúl Silva Henríquez, Jefe de la Iglesia Católica en Chile.

Lo anterior está absolutamente claro, ya que Aylwin NO podía estar con Dios y con el Diablo al mismo tiempo. Es decir, o ENGAÑABA al Presidente Allende y de paso se aprovechaba de la Buena Fe del Cardenal, o estaba ENGAÑANDO a sus propios ALIADOS en la CODE, el Partido Nacional, que con Sergio Onofre Jarpa a la cabeza estaba totalmente comprometido con el GOLPE. De cualquier forma, el 11 de septiembre de 1973 las Fuerzas Armadas Rebeldes atacaron el Palacio de La Moneda y lograron el derrocamiento del Presidente de la República Dr. Salvador Allende.

NO conformes con ese “triunfo” lanzaron una Ofensiva Militar contra el ENEMIGO INTERNO, es decir, contra todos los funcionarios de Gobierno del Presidente Allende y todos los militantes y dirigentes de la Unidad Popular en Chile. Para ello era necesario contar con una LEY DE TIEMPO DE GUERRA que ampliara el PODER Y LAS ATRIBUCIONES DE LA AUTORIDAD MILITAR DE FACTO.

Eso fue lo que quisieron lograr, ASEGURAR LAS HERRAMIENTAS LEGALES REPRESIVAS, y realmente LO LOGRARON. Ésto les permitió afirmar que eran un “Ejército Vencedor, jamás VENCIDO”. Hasta ahora, en que la Verdad y la Justicia han logrado de a poco y con gran esfuerzo, comprobar los Crímenes de Guerra de lesa Humanidad que las Fuerzas Armadas Golpistas cometieron. Crímenes de Guerra que han debido reconocer tanto en la Mesa de Diálogo como en los procesos criminales ante los Tribunales de la Justicia Ordinaria. Cada persona detenida por las Fuerzas Armadas entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1978, lo fue en Calidad de Prisionero de Guerra y de acuerdo a Operativos Militares Planificados en Tiempo de Guerra.

Así fue porque las ATRIBUCIONES LEGALES CON QUE ACTUABA LA AUTORIDAD MILITAR DE FACTO, provenían del Decreto Ley Nº 5. Nosotros, los que fuimos procesados ante la Fiscalía Naval de Tiempo de Guerra acusados de cometer un CRIMEN DE GUERRA por violación de la ley 17.798 sobre Control de Armas y que enfrentamos Consejos de Guerra que violaron gravemente las normas de PROCEDIMIENTO PENAL establecidas en el Convenio de Ginebra Relativo al Trato de Prisioneros de Guerra, NO SÓLO FUIMOS PRISIONEROS DE GUERRA SINO TAMBIÉN CRIMINALES DE GUERRA, de acuerdo a las leyes que erróneamente aplicaron los Fiscales Navales.

Es más, incluso los procedimientos de allanamiento, masivos o individuales, y la retención transitoria de personas, se realizaban en virtud de las atribuciones que el Decreto Ley Nº 5 había ACTIVADO al declarar el Estado de Guerra en Chile. Lo que NUNCA esperaron los Criminales de Guerra es que sus ENEMIGOS o sus VÍCTIMAS, según se vea cada uno, mantuvieran VIVA LA MEMORIA HISTÓRICA y que, finalmente, las denuncias de las Infracciones Graves al Convenio de Ginebra Relativo al Trato de Prisioneros de Guerra se presentaran ante todos los Organismos Internacionales.

Doy testimonio personal, como ENEMIGO, de que ellos jamás esperaron una reacción así. Me lo dijeron una vez, cuando yo les planteaba que cometían un gran error dejándome con vida como Testigo de todos los Crímenes de Guerra que habían cometido. La respuesta fue: “tú nunca vas a volver a hablar de ésto si sobrevives, por tres razones:

1) Porque tu mente se defenderá del recuerdo del dolor y de las situaciones límites. Así lo dicen nuestros expertos psicólogos y psiquiatras. Pasará mucho tiempo y ya NO valdrá la pena recordar, NO valdrá la pena el dolor constante de los recuerdos, tendrás que rehacer tu vida y dejar todo atrás.

2) Porque NO querrás que tus seres queridos sepan todo lo que te sucedió ya que le causaría un gran dolor a ellos. NO vas a querer que ellos sufran. Así que preferirás callar y tratar de olvidar lo más pronto posible.

3) Porque si relatas todas las torturas te van a hacer la segunda pregunta, es inevitable. Esta segunda pregunta es: ¿Qué declaraste o firmaste como resultado de la tortura?. Nadie quiere explicar eso. Te quedarás callado.

La decisión de DENUNCIAR LOS CRÍMENES DE GUERRA NO ES GRATIS Y JAMÁS LO SERÁ. PERO SOY CRISTIANO Y LA VERDAD ES DEMASIADO IMPORTANTE PARA MÍ. Espero y confío en Dios: “LA VERDAD ME HACE LIBRE”, tengo este consuelo y esa ESPERANZA.

Además, para aquellos que tuvieron o tienen una ideología marxista les recuerdo las palabras que el comandante Ernesto “Ché” Guevara les dirigiera a quienes participaban en la Conferencia Tricontinental de la Habana en 1967: “SÓLO LA VERDAD ES REVOLUCIONARIA”... En esa Conferencia participó el entonces Senador y Presidente del Congreso de Chile, Dr. Salvador Allende, quien fue elegido Presidente de la OLAS, Organización Latinoamericana de Solidaridad.

Así que, compañeros, continuaré dirigiéndome a ustedes como a los Ex-prisioneros de guerra de Valparaíso, tanto porque fui un Dirigente Provincial de la Unidad Popular aquí en el Puerto como porque al interior de los Campos de Concentración de Prisioneros de Guerra o en las Cárceles, yo era el Dirigente de más alto rango del Comité Provincial de la UP que se encontraba prisionero en Valparaíso.


En esta Calidad acepté el ofrecimiento que de sus servicios hiciera el organismo humanitario imparcial conocido como el Comité Internacional de la Cruz Roja, de acuerdo al artículo 3º, inciso 2, del Convenio de Ginebra y al aceptarlo, como Dirigente de la UP, todas las personas que se encontraban detenidas bajo acusación de pertenecer a la Unidad Popular y calificadas como “EL ENEMIGO INTERNO EN VALPARAÍSO”, quedaron inmediatamente bajo la PROTECCIÓN de ese Organismo Internacional.Finalmente, respecto a la ACTUACIÓN EN TIEMPO DE GUERRA DE LA AUTORIDAD MILITAR DE FACTO quiero decirles que fueron ellos los que impusieron las reglas del juego, nada dependía de nosotros ni nadie nos preguntaba nuestra opinión al respecto. SÓLO ÉRAMOS CALIFICADOS ARBITRARIAMENTE POR ESA AUTORIDAD.

Es como sostiene la Comisión Valech cuando analiza la “Motivación Política”: “la Comisión consideró que existía motivación política en la privación de libertad o en la tortura cuando tal motivación estaba presente en los agentes del Estado que las ordenaron o realizaron”. De la misma forma, la Autoridad Militar de Facto actuó en Tiempo de Guerra MOTIVADA por la Orden Superior de Pinochet: “ESTO ES GUERRA SEÑORES”, y el resto fue como el Juego del Monito Mayor: “todos en la cola siguen las órdenes del Mono Mayor”.

Saturday, December 03, 2005

La Concertación deberá asumir los costos de la soberbia

LOS COSTOS DE LA SOBERBIA

Hernán Narbona V. www.escritorhnv.blogspot.com


LA PRETENSIÓN DEL GOBIERNO del Presidente Lagos, de poner término al tema de los derechos humanos, entregando una reparación "simbólica" a las víctimas, tendrá un alto costo político para la Concertación, ya que miles de familias chilenas no pueden aceptar que se haya impuesto un silencio que sólo favorece a los victimarios, que se haya indultado al asesino de Tucapel Jiménez y que las reparaciones se hayan decidido en función de repartir una exigua asignación presupuestaria, que no moleste las pretensiones exitistas de las autoridades macroeconómicas.


Se ha configurado un escenario pésimo para la candidata oficialista, ya que ella ha debido pagar los costos de la actitud displicente del gobierno con miles de compatriotas que han esperado 16 años en democracia, para seguir igual que al principio, faltando muchos, mirados como una piedra en el zapato de la modernidad, como un factor urticante al que quisieran poner prontamente en un limbo de silencio, ignorando sus reclamos, abogando insistentemente por dejar en el pasado situaciones que son imprescriptibles.


EL PESO DE LAGOS

El 11 de diciembre, pese a que Michelle Bachelet tuvo una actuación valiente en materia de derechos humanos durante los ochenta, pese a haber estado cercana a las fuerzas que se opusieron férreamente a la dictadura y a que su padre haya sido un mártir de la democracia mancillada por Pinochet y sus cómplices, pese a todo este digno historial, la imposición en su campaña de la presencia presidencial de Lagos, la pauta que ha seguido y que ha evidenciado en su campaña, donde los temas sensibles como lo son las violaciones a los derechos humanos o la protección medioambiental, no los ha encarado la candidata con vehemencia y soltura - como habría esperado la ciudadanía- sino con declaraciones tangenciales, que no comprometieran una crítica categórica a las omisiones y acciones del gobierno de Ricardo Lagos.


En gran medida, esta actitud cautelosa, que buscaba no herir las susceptibilidades de Palacio, tendrá para Bachelet un costo muy elevado, porque el crecimiento de Tomás Hirsch no es sino la realineación lógica de un amplio sector del progresismo chileno que se ha visto frustrado por la actitud de los gobiernos concertacionistas, pese a haber sido precisamente estos sectores sociales, los motores reales de las protestas que conquistaron la democracia y ganaron el plebiscito del No en 1988. Los políticos aterrizaron después, con sus máquinas de poder y sus partidos instrumentales.


NUEVAS COORDENADAS

La soberbia tiene su costo y en diciembre, las tendencias que muestra la calle, a lo largo de Chile, demostrarán que la ciudadanía consciente, ésa que no es manipulable por la farándula, expresará un voto que implica una censura a la forma de gobernar, como administradores eficientes de un modelo económico concentrador de la riqueza y sin mantener un compromiso real de reparación y dignificación de las víctimas, sus familiares y sus herederos.


El fenómeno de realineación de fuerzas para el 11 de diciembre no sorprenderá, porque las encuestas lo han anticipado. Pero, para la segunda vuelta, de no haber compromisos categóricos en relación a dar solución a profundas demandas de los sectores excluidos, es probable que toda la política chilena entre a una reformulación de alianzas y contenidos.

Conocida la verdad de las parlamentarias, sin esas ataduras, los partidos que se han vaciado de doctrina para ser instrumentales, quedarán sin piso. La historia podrá reescribirse y para ello falta apenas una semana.

Monday, November 28, 2005

!!!EL PUNTO FINAL, NO PASARÁ¡¡¡

A los Ex-prisioneros de guerra de Valparaíso, extensivo a las personas Calificadas en la Lista Nacional de la Comisión Valech.

Compañeras y compañeros:


Me veo en la obligación de denunciar lo que sospecho es la Gran Mentira del "Fin del Período de Transición en Chile", como está siendo anunciado por la "Clase Política Chilena". Esta Mentira es una burla para todos, ya que la Comisión Valech recolectó suficientes antecedentes como para avalar una denuncia por Crímenes de Guerra de Lesa Humanidad. El hecho de que los antecedentes que todos uds. presentaron a la Comisión hayan sido declarados secretos por al menos 50 años, es un claro indicio de ocultamiento y de ENCUBRIMIENTO, lo que constituye un grave delito de acuerdo a la Ley Internacional.



He asumido la responsabilidad personal de divulgar mis sospechas, avalado por la denuncia que acabo de presentar el día lunes 14 de noviembre de 2005, ante la COMISION DE DERECHOS HUMANOS DE LA HONORABLE CAMARA DE DIPUTADOS, en la cual solicito una Comisión Investigadora sobre las Infracciones Graves al Convenio de Ginebra Relativo al Trato de Prisioneros de Guerra. Las Infracciones Graves que estoy denunciando NO PUEDEN SER AMNISTIADAS y quienes pretendan hacerlo, por la vía que sea, estarán a su vez cometiendo un grave crimen que estoy dispuesto a denunciar ante los Tribunales Internacionales. ES MI DECISIÓN IRREVOCABLE, aunque tenga que denunciar como ENCUBRIDORES a los tres gobiernos de la Concertación.


Al respecto quiero informarles lo siguiente:



1.- Retorné a Chile el año 1992. No lo pude hacer antes por estar involucrado en un juicio de divorcio en Londres, con orden de arraigo en Inglaterra. Al momento en que se dictó el Decreto Absoluto de Divorcio, lo que ocurrió el 29 de enero de 1992, me vine inmediatamente a Chile. Esto fue el 20 de febrero de 1992.



2.- El Presidente Patricio Aylwin, que había creado la Comisión Verdad y Justicia, conocida como La Comisión Rettig, que en su Informe Final constató la Lista de Personas asesinadas y/o desaparecidas por los Servicios de Inteligencia de la Junta Militar, pretendió después de publicar el Informe y de hablar por Televisión soltando algunos lagrimones de hipócrita, dictar una Ley de Punto Final. Sólo la acción decidida, a nivel nacional, de los Comités de Derechos Humanos que aún existían en Chile y la actuación admirable de los Familiares de Detenidos Desaparecidos, impidió que se consumara esa TRAICION. Actualmente Aylwin ha dicho que "la solución a los problemas pendientes de derechos humanos sólo se producirá a medida que los involucradas se vayan muriendo". Como uds. pueden apreciar es la gran solución para quienes quieren SILENCIAR NUESTRO TESTIMONIO HISTORICO.



3.- El Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, que creó la Mesa de Diálogo, también pretendió imponer una Ley de Punto Final, sólo que antes de hacerlo logró que la Vicaría de la Solidaridad disolviera toda la red de Comités de Derechos Humanos en el país. Era el año 1997. En noviembre de este año, un grupo de ex-dirigentes de la Unidad Popular en Valparaíso, que fuimos prisioneros de guerra, creamos el Cïrculo de Ex-Prisioneros de Guerra de Valparaíso. Intentamos obtener Personalidad Jurídica, pero el decreto aún duerme en algún cajón del Ministerio del Interior. Lo importante, publicamos el 25 de noviembre una Declaración del Círculo que hicimos circular en la base de los partidos de la Concertación, especialmente en el Partido Socialista. La oposición de la base política a la iniciativa de Ley de Punto Final logró derrotar a Frei Ruiz-Tagle y sus famosas frases para el bronce: "No nos quedemos encadenados al pasado", "Hay que mirar el futuro y olvidar el pasado". Muy bonitas frases para la derecha política y para los criminales de guerra, que lo habrán hecho llorar lágrimas de sangre, cuando tuvo que pedir que se "investigara el presunto asesinato de su propio padre, el Ex-presidente don Eduardo Frei Montalva".



¡Qué distinto es cuando te toca VIVIR los efectos de la represión!

4.- El presidente Ricardo Lagos Escobar creó por D.S. 1.040, la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, más conocida como la Comisión Valech. Creo que la mayoría de uds. presentaron a ella sus antecedentes, yo también lo hice. NO fueron testimonios ANÓNIMOS y la decisión que se supiera LA VERDAD, era para nosotros más importante que cualquier compensación AUSTERA Y SIMBÓLICA, o la pensión escuálida que se asignó a quienes fuimos Calificados.


5.- Sin embargo, lo más importante fue que "TODOS LOS ANTECEDENTES PRESENTADOS FUERON DECLARADOS SECRETOS POR AL MENOS 50 AÑOS". Increíble, pero CIERTO. Además, circulan los infaltables rumores de que se estaría preparando una nueva iniciativa de PUNTO FINAL, que se disfrazaría como la "APLICACIÓN DE LA LEY CHILENA DE PARTE DE LAS INSTITUCIONES QUE FUNCIONAN EN FORMA INDEPENDIENTE EN CHILE".


Es decir, los Tribunales de Justicia estarían dispuestos a aplicar la AMNISTIA del Decreto Ley 2191, a todas las causas pendientes de Derechos Humanos. UNA GRAN FORMA DE PUNTO FINAL, sobre todo para la Clase Política Chilena y en especial, para los políticos de la Concertación.


6.- Recuerden uds. que cuando Pinochet fue detenido en Londres, el Gobierno de Frei Ruiz-Tagle con José Miguel Inzulza liderando las negociaciones, logró que el Dictador fuera devuelto a Chile y que los Tribunales de Justicia se negaran a procesarlo por razones de salud.


Hoy día Pinochet ha sido careado con el Mamo Contreras y, además, el General Iturriaga, que dirigiera el Departamento Exterior de la DINA, (responsable de los asesinatos del General Prats y su esposa en Buenos Aires, Argentina; de don Orlando Letelier y Ronnie Moffit en Washington DC, USA: y del intento de asesinato de don Bernardo Leighton y su esposa en Roma, Italia) aparece entrevistado en TVN reclamando indignado, la violación de SUS DERECHOS HUMANOS porque no se ha aplicado ni la Amnistía, ni la Prescripción por tiempo, a las causas por Secuestro Permanente que están investigando los Tribunales de Justicia.


7.- El Presidente Lagos ya otorgó un beneficio de Indulto a uno de los responsables del asesinato de TUCAPEL JIMENEZ, lo hizo calladamente, pero al final se supo, dijo que lo había hecho por razones humanitarias. El nombre del beneficiado MANUEL CONTRERAS DONAIRE, NO el Mamo Contreras, pero ya se está cerca, como uds. pueden ver.


8.- Todas las razones que he expuestos me han llevado a la decisión de redactar y presentar a la Cámara de Diputados, el documento en el cual no sólo denuncio la Infracciones Graves al Convenio de Ginebra Relativo al Trato de Prisioneros de Guerra, sino que también "solicito respetuosamente" que se forme una COMISIÖN NVESTIGADORA DE ESA CAMARA, sobre los Crímenes de Guerra allí denunciados.

Compañeras y compañeros, sé que los desengaños y frustraciones han sido fuertes, muy fuertes, pero debo atreverme a pedirles a uds., una vez más, un gran esfuerzo, como lo hicieron muchos de los ex-prisioneros de guerra de Valparaíso, cuando estuvieron dispuestos "a jugárselas en defensa del Gobierno del Presidente Allende, nuestro querido Presidente". Les pido, les solicito respetuosamente, que una vez más recuerden "a pesar del dolor" y vuelvan a escribir sus testimonios, esta vez en el formato del documento que les envío, con sus propios nombres, con sus propias experiencias, con sus denuncias y sus esperanzas, UNA VEZ MÁS.


Será el TESTIMONIO DE LOS QUE NO CLAUDICAN, DE LOS QUE NO SE RINDEN, PESE A LA TRAICIÓN Y A LA COBARDIA DE MUCHOS.....Llenen el documento y envíenlo a la COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS DE LA CÄMARA DE DIPUTADOS. Si pueden hacerlo acompañen una copia al Consulado de Chile, para que ahí les pongan un timbre de recepción del documento.


Me despido con la frase que hemos colocado como central en el tema que nos preocupa: "JAMÁS OLVIDAREMOS A LOS CAIDOS, ELLOS ESTARÁN SIEMPRE CON NOSOTROS, EN NUESTRA MEMORIA Y EN LA DE NUESTROS HIJOS Y NIETOS". No importa que un ex-presidente de la República de Chile como Patricio Aylwin, diga que todo se acaba al morir nosotros..., NO, no es cierto, nuestros hijos y nuestro nietos....seguirán luchando por LA VERDAD, TODA LA VERDAD Y NADA MÁS QUE LA VERDAD.



Hasta Pronto compañeras y compañeros y desde el corazón....gracias por el gran esfuerzo que hacen "recordando lo que ya deberíamos estar olvidando".... si hubiera habido verdad y justicia a tiempo.



Roberto Sapiains Rodríguez

Ex-prisionero de guerra de Valparaíso.

SOLICITA COMISIÓN INVESTIGADORA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS


A partir de la presentación hecha por Roberto Sapiains ante la Cámara de Diputados, solicitando una Comisión Investigadora para las violaciones a los derechos humanos cometidos en estado de guerra interna y que por ser violaciones graves son imprescriptibles, se ha generado una reacción en cadena de muchas personas en situación similar, que ven en esta vía una manera de exigir una reparación e impedir que se aplique un punto final en esta materia.

CAMPAÑA INTERNACIONAL EN CONTRA DE UN PUNTO FINAL EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS EN CHILE

EL CÍRCULO DE EX-PRISIONEROS DE GUERRA DE
VALPARAÍSO

A LA OPINIÓN PÚBLICA NACIONAL E INTERNACIONAL

La comparecencia del Auditor General del Ejército de Chile ante el Juez Español Manuel García Castellón, corresponde a una Misión Oficial que estaba en previo conocimiento de las autoridades de gobierno de nuestro país como lo ha reconocido públicamente el Sub-Secretario de Guerra Mario Fernández, quien declaró a Las Ultimas Noticias de fecha 22 de octubre de 1997: "que el Ejército le informó en su oportunidad que el Auditor General Fernando Torres Silva viajaría a España para dar a conocer puntos de vista de la Institución respecto del juicio que se sigue contra el General Pinochet y los otros ex-miembros de la Junta Militar de Gobierno".

Queda así establecido, como un hecho de la causa, que esta actuación del Auditor General del Ejército reconoce oficialmente la “competencia de la Justicia Española para juzgar los casos de Violación a la Ley Internacional ocurridos durante la Dictadura Militar, tanto en Chile como en el extranjero”.

Ante este importante cambio de la situación legal los Ex-Prisioneros de Guerra de Valparaíso, tenemos la obligación de dar a conocer los antecedentes que obran en nuestro poder, los cuales contribuirán a definir la posición oficial de nuestra Organización, tanto ante la opinión pública nacional e internacional
como frente al Gobierno de Chile y a los Organismos Internacionales
.

CONSIDERANDO:

• Que el 11 de Septiembre de 1973 el Mando Institucional de las Fuerzas Armadas y de Carabineros de Chile, salvo honrosas excepciones, traicionó su juramento de lealtad a la Constitución de 1925, vigente a esa fecha, alzándose a mano armada contra el Gobierno legalmente constituido, promoviendo la Guerra Civil y rebelándose contra su Superior Jerárquico, el Jefe Supremo de la Nación que, de acuerdo a esa misma Constitución, era el Presidente de la República Doctor Salvador Allende Gossens.

• Que en los planes de la Junta Militar, constituida por los Jefes Institucionales Rebeldes, se contemplaba el ataque masivo por aire y tierra contra el Palacio de La Moneda, sede del Gobierno Constitucional, para lograr el derrocamiento del Presidente Allende y, además, se incluía una Ofensiva Generalizada contra todos los ciudadanos que habían participado en la gestión del Presidente Allende o que eran miembros de los partidos de la Unidad Popular y que fueron Calificados como “el Enemigo Interno”.

• Que para legitimar esa Ofensiva Generalizada uno de los primeros actos de la Junta Militar, en uso de la "potestad legal" usurpada al Congreso Nacional, fue dictar con fecha 12/09/73, el Decreto Ley N° 5, publicado en el D.O. del 22/09/73, que impuso un Estado de Guerra Interna en Chile a contar del 11 de Septiembre de 1973, cuya justificación en derecho fue la existencia de ese “Enemigo Interno” armado, organizado militarmente y con capacidad de realizar operaciones defensivas u ofensivas. A partir de esa fecha, los Jefes de los Campos de Concentración de Prisioneros, de los recintos militares especiales y de las Cárceles Públicas, notificaban formalmente a sus internos que pasaban a tener la calidad oficial de Prisioneros de Guerra de acuerdo a las órdenes superiores emanadas de la Junta Militar.

• Que en virtud del artículo 3º, Nº 1), del Convenio de Ginebra Relativo al Trato de Prisioneros de Guerra ratificado unánimemente por la comunidad internacional el 12/08/49 y aplicable a Chile, ya que éramos un país signatario de este Convenio al 11/09/73 y lo hemos seguido siendo sin interrupción hasta hoy día, un Estado de Guerra Interna tiene la misma calidad jurídica que un Estado de Guerra Exterior para los efectos de la vigencia y aplicación de la Ley Internacional. Sus normas rigen aspectos tan importantes como el trato a los Prisioneros de Guerra y la conducta militar hacia la población civil que reside en el territorio definido como Escenario de Guerra.

• Que para dar cumplimiento a la normativa legal establecida en ese Convenio de Ginebra, el Comité Internacional de la Cruz Roja se hizo presente en Chile, fiscalizando la vigencia y aplicación de la Ley Internacional durante el Estado de Guerra Interna impuesto por la Junta Militar; inspeccionando los Campos de Concentración, los recintos militares especiales y las Cárceles Publicas habilitadas para mantener Prisioneros de Guerra; controlando el trato que recibían los Prisioneros de Guerra de parte de sus captores y promoviendo el respeto a los Derechos Humanos de la población civil afectados por el Estado de Guerra.

DECLARAMOS:

• Que nosotros, ciudadanos leales a la Constitución de I925 y al Jefe Supremo de la Nación, Presidente Salvador Allende, que estábamos dispuestos a defender su Gobierno Constitucional hasta las ultimas consecuencias, incluyendo el uso de las armas, que fuimos capturados en operativos de guerra por efectivos de las Fuerzas Armadas Rebeldes en Valparaíso, que fuimos interrogados en recintos
militares especiales destinados a aplicar sistemáticamente la tortura, que fuimos puestos a disposición de Tribunales Militares en tiempo de guerra y notificados formalmente de nuestra calidad de Prisioneros de Guerra, que fuimos condenados en Consejos de Guerra realizados por el Mando Militar Rebelde y que fuimos oficialmente reconocidos como Prisioneros de Guerra por el Comité Internacional de la Cruz Roja, tuvimos ocasión de presentar ante esa Organización las siguientes denuncias de
Violación al Convenio de Ginebra Relativo al Trato de Prisioneros de Guerra, que por su gravedad constituyen Crímenes de Guerra de Lesa Humanidad, perpetradas durante el Estado de Guerra Interna que se impuso a nuestro país:

1.- El trato cruel, inhumano y degradante que las Fuerzas Armadas Rebeldes daban a los Prisioneros de Guerra y, en general, a los ciudadanos chilenos y extranjeros que eran capturados durante las horas del toque de queda, o que eran denunciados en las Listas Negras confeccionadas por los partidarios civiles de la Junta Militar. Esta situación de maltrato generalizado y de uso de violencia excesiva e innecesaria constituyó una Violación al artículo 13, del Título II, del Convenio de Ginebra, y ha quedado comprobada en el Informe de la Comisión Verdad y Reconciliación, conocido como el Informe Rettig.

2.- La constitución de Consejos de Guerra para juzgar a los Prisioneros de Guerra acusados de cometer crímenes establecidos en una normativa legal de tiempo de paz que, obviamente, no podía tener vigencia en tiempo de guerra. Esta situación constituyó una Violación al artículo 13, inciso 1º, del Título II, del Convenio de Ginebra. Por ejemplo, la utilización de la Ley de Seguridad del Estado y de la Ley de Control de Armas cuyas disposiciones eran totalmente inaplicables a un Prisionero de Guerra, ya que por la propia definición del Estado de Guerra el “enemigo interno” debe encontrarse armado y estar organizado para realizar operaciones militares defensivas u ofensivas, sin que ello constituya infracción alguna a la Ley de Guerra.

Por otra parte, el abuso que hicieron los fiscales de las Fuerzas Armadas Rebeldes de esa normativa inaplicable generó condenas absurdas y al mismo tiempo dramáticas, ya que de ellas se aprovechó el General Sergio Arellano Stark, para ordenar ilegalmente el fusilamiento sumario o permitir la ejecución lenta de Prisioneros de Guerra a lo largo de nuestro país, cuando realizó su viaje conocido como La Caravana de la Muerte, hechos denunciados y comprobados en el libro "Los Zarpazos del Puma" de la periodista Patricia Verdugo. Esta situación constituyó una Violación al artículo 13, inciso 1º, del Titulo II y a los artículos 120 y 121, Sección III, del Convenio de Ginebra.

3.- La falsa aplicación de la "Ley de Fuga" para ocultar el asesinato premeditado de Prisioneros de Guerra cuando eran trasladados entre los distintos recintos militares de interrogatorio, o a las Cárceles Públicas, o a los Campos de Concentración establecidos en lugares secretos y despoblados. Esta situación constituyó una Violación al artículo 13, inciso 1º, del Título II y a los artículos 120 y 121, de la Sección III, del Convenio de Ginebra.

4.- La "escenificación" de enfrentamientos en combate que jamás ocurrieron, utilizados para encubrir ejecuciones sumarias ilegales de Prisioneros de Guerra, o el hacer estallar explosivos que supuestamente transportaban las víctimas para destrozar sus cuerpos ya mutilados por la tortura, pretendiendo así borrar las huellas visibles de los violentos crímenes de guerra que se estaban cometiendo en nuestro país
Esta situación constituyó una Violación al articulo 13, inciso 1º, del Título II y a los artículos 120 y 121, Sección III, del Convenio de Ginebra.

5 - El uso sistemático y generalizado de la tortura como método para interrogar Prisioneros de Guerra quienes, de acuerdo a la Ley Internacional, solo estábamos obligados a dar a conocer nuestro nombre y rango. Esta situación constituyó una Violación al artículo 17, del Título III, del Convenio de Ginebra.

Fueron los Servicios de Inteligencia de las Fuerzas Armadas Rebeldes quienes estaban a cargo de aplicar la tortura, sin embargo no todos operaron con las mismas reglas. .Así por ejemplo, el Servicio de Inteligencia Naval que realizó interrogatorios en el Cuartel Orden y Segundad Silva Palma de Valparaíso, entregaba medicamentos para prevenir la necrosis después de torturar a los prisioneros y permitía que algunos médicos supervisaran el desarrollo de la tortura para evitar posibles muertes.

En oposición a esas reglas se encontraba la DINA, Dirección de Inteligencia Nacional, que fue creada oficialmente por el Decreto Ley 521 de Junio de 1974. Pero cuya existencia de facto comenzó a fines de Septiembre de 1973, con la actuación del Grupo de Coroneles del Ejército y con la Misión del General Arellano Stark que, como Delegado Especial de la Junta Militar y del Comandante en Jefe del Ejército, se dedicó a purgar a la Institución de todos aquellos Oficiales Superiores que NO eran incondicionales de la Estrategia de Guerra Sucia.

La denuncia que formulamos ante el Comité Internacional de la Cruz Roja, en su oportunidad y con antecedentes concretos, comprobó que la tortura aplicada por la DINA tuvo características de especial crueldad, tanto por la violencia extrema y el uso de instrumental sofisticado como por las graves consecuencias que ella trajo sobre los prisioneros, ya que de acuerdo a órdenes verbales superiores las Brigadas que integraban la Dirección debían proceder a "eliminar la evidencia física de la tortura", simulando accidentes, suicidios o muertes por causas naturales cuando ello era posible.

En casos de prisioneros mutilados en la tortura se debía proceder a descuartizar sus cuerpos utilizando explosivos u otros medios, y a ocultar sus restos en piques de minas abandonadas, o en fosas comunes rellenas con cal, o en tumbas de otras personas fallecidas legalmente, o quemar sus cuerpos en hornos, o arrojarlos al mar, o a los ríos, o por último, depositar sus cadáveres al resguardo de entierros dentro de los recintos en que operaban las Brigadas de la DINA, como fue el caso de la ex-colonia Dignidad la que puso todas sus instalaciones subterráneas secretas al servicio de la Dirección.

Nuevos antecedentes, los cuales no teníamos cuando formulamos las primeras denuncias ante el Comité Internacional de la Cruz Roja durante el Estado de Guerra Interna, nos permiten afirmar que la DINA capturó, torturó y asesinó a ciudadanos extranjeros y a funcionarios internacionales con rango diplomático, como fue el caso del ciudadano español Carmelo Soria a quien la Brigada Mulchén interrogó sobre la actividad de grupos de extranjeros en Chile, que trabajaban por los Derechos Humanos de la población civil, que eran también violados masivamente.

La evidencia que ha proporcionado Michael Townley. ex-agente de la DINA, ha permitido conocer los procedimientos específicos y el sistema de órdenes verbales con que operaba el Mando Superior de la Dirección. Así sabemos que cuando la Junta Militar, por medio de Leyes Secretas, autorizó la creación del Departamento Exterior de la DINA, para operar en el Frente Externo con abundancia de fondos públicos, se procedió a crear una verdadera Red de Operaciones Especiales que implicó a Servicios de Inteligencia de Argentina. Brasil, Paraguay y Uruguay, en Sudamérica; a la Brigada Cubana Anticastrista de Miami, en EEUU; a la Oficina de Seguridad Sudafricana: y a otros contactos no oficiales como grupos de extrema derecha, o neo-nazis, actuando en distintos países de Europa, en especial el grupo neo-facista de Roma, Italia.

Esta Red de Operaciones Especiales de la DINA planificó y ejecutó importantes misiones en el extranjero, como el asesinato del General Carlos Prats y su señora esposa en Buenos Aires, Argentina; el asesinato de don Orlando Letelier y la ciudadana norteamericana Ronnie Moffitt en Washington DC, EEUU; y el intento de asesinato de don Bernardo Leighton y su señora esposa en Roma, Italia. Estos son algunos
crímenes de la Dirección, operando en el exterior y violando flagrantemente las Leyes Internacionales, que ya han sido probados.

Nosotros presentamos, además, las graves sospechas de que la DINA se dedicó a eliminar a militares chilenos de alta graduación que NO apoyaban la Estrategia de Guerra Sucia, ni en Chile ni en el extranjero. Por lo tanto, exigimos que se investiguen las extrañas muertes del General Oscar Bonilla, segundo hombre en la Jerarquía del Ejército y de su Coronel Ayudante en el Ministerio del Interior, así como los suicidios inexplicables y las sospechosas enfermedades que causaron la muerte súbita de otros
Altos Oficiales del Ejército de Chile conocidos por su honestidad y profesionalismo militar, ocurridas en el periodo crucial en que la DINA se convertía en los ojos y oídos de Pinochet al interior de la Institución, y durante el cual el General Arellano Stark se dedicaba a depurar al Ejercito de los elementos NO confiables para la Junta Militar.

Las razones anteriormente expuestas nos obligan a denunciar, una vez más, las violaciones al Convenio de Ginebra que por su gravedad constituyen Crímenes de Guerra de Lesa Humanidad, cometidas durante el Estado de Guerra Interna que se impuso a nuestro país. Afirmamos categóricamente que de acuerdo al Artículo 12, del Titulo II, del Convenio de Ginebra, al Principio de Verticalidad del Mando Militar y a la evidencia legal que se desprende de las declaraciones formuladas por el General Contreras y el Brigadier Espinoza, ex-Jefes de la DINA, la responsabilidad final de esos crímenes de guerra corresponde a Pinochet y a los demás ex-miembros de la Junta Militar, ya sea porque dieron las órdenes directas para cometer las atrocidades o porque al tomar conocimiento de ellas decidieron, conscientemente, convertirse en encubridores de dichos crímenes de guerra, dando órdenes a sus Tribunales Militares para obstruir la acción de la Justicia ocultando la evidencia de lo ocurrido.

En este delito de encubrimiento masivo contaron con la complicidad de los Tribunales de la Justicia Ordinaria de nuestro país, los cuales se negaron reiteradamente a recibir e investigar nuestras denuncias amparados en la excusa inaceptable, tanto desde el punto de vista ético como legal, de no poder interferir en la Jurisdicción de los Tribunales Militares en Tiempo de Guerra, llegando al extremo de que la Corte
Suprema, Máximo Tribunal de Chile, dejó sin aplicar la Ley al negarse a usar la facultad de Superintendencia directiva, correccional y económica consagrada en el Articulo 86 de la Constitución de 1925, que le correspondía ejercer sobre todos los tribunales que actuaban en nuestro país, incluyendo a los Tribunales Militares de Tiempo de Guerra. Así se reconoció ilegalmente la existencia de un Fuero Militar que transformó a los miembros de las Fuerzas Armadas en individuos "'intocables por la Ley" y a
sus Tribunales Militares en entidades totalmente autónomas en lo jurídico.

Con ese mismo absurdo criterio se procedió a aplicar la Ley de Amnistía, ya que en lugar de investigar para la comprobación del crimen cometido y la respectiva responsabilidad penal de los inculpados, como lo establece claramente el propio texto de ese Decreto Ley Nº 2191, decidieron interpretar el espíritu y la intención del
legislador, que fue la propia Junta Militar, declarándose virtualmente incompetentes para continuar con la investigación cuando aparecía involucrado personal de las Fuerzas Armadas. Esta situación constituyó una Violación al artículo 12, del Título II y al artículo 121, Sección III, del Convenio de Ginebra.

Queda así demostrado que los Crímenes de Guerra de Lesa Humanidad que hemos denunciado fueron perpetrados con la complicidad de los Tribunales Militares y amparados por la incompetencia de los Tribunales Ordinarios de Chile. Especialmente destacamos el caso del Ministro Urrutia Manzano, ex-Presidente de la Corte Suprema, quien participó activamente en el ocultamiento de la evidencia que se le estaba entregando y confirmó personalmente la figura ilegal del "doble procesamiento", en virtud de la cual un prisionero procesado por Tribunales Militares en Tiempo de Guerra era, simultánea y paralelamente, sometido a proceso por los Tribunales Ordinarios acusado de haber cometido presuntos delitos comunes. Esta grave violación al Principio de Acumulación de Causas establecido en la Ley Internacional y al artículo 13, inciso 2º, del Título II, del Convenio de Ginebra, demuestra sin lugar a dudas la complicidad de esa Corte Suprema en el encubrimiento de los crímenes de guerra que hemos denunciado. Incluso la ex-Ministro de Justicia del Gobierno Militar, Mónica Madariaga, participó en el delito de encubrimiento al mentir ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas cuando negó que tal caso hubiese ocurrido y hoy día como candidata al Senado declara, con increíble soberbia y desparpajo, que “la mujer del Cesar no solo debe ser sino que parecer... honesta”.

Formulamos un llamado, de enemigo a enemigo, para que los Oficiales Superiores que dieron las órdenes asuman la responsabilidad de su Gestión de Mando, terminando con el triste y vergonzoso espectáculo de "echarle la culpa de los crímenes de guerra que ocurrieron durante su gestión, a los excesos de sus oficiales subordinados", quienes aceptaron obedecer órdenes superiores en tiempo de guerra creyendo, equivocadamente, cumplir con su deber de soldados leales a la Institución y a la Patria.

Sin embargo, hay quienes sostienen que esos Oficiales Subordinados y el personal de tropa que participó en los crímenes de guerra, son verdaderos "Héroes de la Patria" porque fueron quienes arriesgaron sus vidas enfrentando al enemigo y haciendo el “trabajo sucio” que era necesario hacer.

Nosotros les recordamos "que el fin no justifica los medios" y que cuando consciente y premeditadamente, abusando de la más absoluta superioridad de fuerzas y de la total impunidad, se violan los Principios Básicos de la Ley de Guerra, entonces ya no hay heroísmo sino simplemente una prepotencia cobarde y despreciable, típica de la mentalidad de los peores criminales de guerra que usan las crisis armadas para dar salida a sus instintos asesinos y a sus tendencias psicópatas:

• No hay heroísmo en utilizar la enorme ventaja en hombres y armas para ordenar operativos "sin prisioneros".

No hay heroísmo en torturar a un prisionero enemigo atado y encapuchado.

No hay heroísmo en torturar a mujeres, ancianos y niños.

No hay heroísmo cuando se utiliza la tortura más cruel y degradante para quebrar la resistencia de los prisioneros, obligándolos a delatar y a colaborar.

No hay heroísmo cuando se asesina a un prisionero de guerra aplicándole falsamente la Ley de Fuga, o ejecutándolo lentamente para producir el mayor dolor posible.

No hay heroísmo en "hacer desaparecer” los cadáveres de los prisioneros de guerra para eliminar la evidencia de las mutilaciones ocurridas en la tortura.

En fin, no hay heroísmo cuando se "gana" una guerra y se siente vergüenza de reconocer públicamente los métodos usados para ganarla, solo hay cobardía, deshonor, bajeza moral y deshonra de la profesión militar. Una Institución Armada de la Patria no es ni puede llegar a ser una organización Mafiosa o Terrorista, ni puede permitir que dentro de ella y al amparo de su uniforme militar actúen grupos que utilizan esos métodos ilegales y repudiables para hacer la guerra. Incluso aunque el enemigo lo haga, porque la Institución debe saber en todo momento que esa es precisamente la diferencia entre un militar profesional y un criminal terrorista.

También se sostiene que esos mal llamados Héroes de la Patria se han visto favorecidos por la Ley de Amnistía, especialmente por la particular forma en que la Corte Suprema ha interpretado y aplicado esta Ley. Nosotros sostenemos que este argumento es totalmente falso, ya que al aplicarse la Amnistía se está
reconociendo oficialmente que los acusados quedan confirmados como los únicos y exclusivos culpables de los crímenes denunciados, sea como autores, cómplices o encubridores, de forma tal que ya no puedan invocar la justificación en derecho "de haber tenido que obedecer órdenes superiores en tiempo de guerra, las cuales los obligaban a actuar de inmediato y sin poder cuestionar la ilegalidad de la orden
dictada".

Por lo tanto, queda demostrado que la Ley de Amnistía no favorece a quienes se les aplica sino que, por el contrario, los sacrifica para ocultar los nombres de aquellos que quieren permanecer en las sombras, que son precisamente los Oficiales Superiores que dieron las órdenes y que hoy día, con infinita cobardía, no se atreven a reconocerlo públicamente diciendo: "Yo di las órdenes, asumo la responsabilidad de mi Gestión de Mando y así, verdaderamente, protejo a mi gente".

Advertimos al Pueblo de Chile y a la Opinión Pública Internacional que algunos de esos Oficiales Superiores a los que hemos denunciado como responsables, en distintos grados, de los crímenes de guerra de lesa humanidad cometidos durante la Dictadura Militar son hoy día candidatos al Senado de la República, como es el caso del General Rodolfo Stange y otros más que están renunciando a sus Altos Cargos Institucionales para ser nombrados Senadores Designados, olvidándose de todo lo que dijeron anteriormente sobre la política, los políticos, la actividad del Congreso y su alto costo al erario nacional, así se constituirá una Bancada Militar con Fuero Parlamentario cuya misión en el Congreso Nacional será continuar ocultando la evidencia y obstruyendo la acción de la justicia para asegurar la impunidad de los verdaderos criminales de guerra. Advertimos públicamente que esta situación constituirá una abierta violación a los artículos 12 y 13, del Titulo II y al artículo 121, Sección III, del Convenio de Ginebra. Llamamos al país y a los organismos internacionales a repudiar esta situación absurda y a movilizarse para impedir este atentado contra la Democracia, la Verdad y la Justicia.

Anunciamos oficialmente que entregamos nuestro apoyo y colaboración irrestricta a la investigación que el Juez Español Manuel García Castellón, está realizando sobre los crímenes de guerra y las violaciones a la Ley Internacional cometidas durante el período de Dictadura Militar, tanto en nuestro país como en el extranjero, y declaramos formalmente que reconocemos su competencia en la causa tal como la ha reconocido el Ejército de Chile al enviar a España, en Misión Oficial, a su Auditor General Fernando Torres Silva para formular declaraciones en dicha causa.

Finalmente, reiteramos nuestra disposición a seguir luchando por la recuperación democrática de nuestro país y el logro de una auténtica Reconciliación entre Chilenos, pero pensamos honestamente que ese difícil y largo camino hacia la Unidad de nuestra Nación solo puede transitarse buscando permanentemente la Verdad y la Justicia. Respetamos el derecho de nuestros enemigos a honrar la memoria de sus caídos en acción y lógicamente exigimos el mismo derecho. Nuestros mártires nos legaron un gran ejemplo de heroísmo y dignidad enfrentando la tortura como una forma de combate, la más difícil la más desigual, pero precisamente por ello la que causa mayor admiración. Que el país sepa que la denominación de "desaparecidos" no significará jamás que ellos deban ser "borrados de la historia como meros fantasmas del pasado con uno u otro monumento en un lugar escondido". Muy por el contrario, sus testimonios personales y sus ejemplos de valor y de conducta intachable ante el enemigo permanecerán para siempre en nuestra memoria y en la de nuestros hijos y nietos, constituyendo para todos nosotros verdaderos símbolos de un compromiso consecuente con la gran causa de la historia: "La Verdad, toda la Verdad y nada más que la Verdad".

JAMÁS LOS OLVIDAREMOS...

EUGENIO CARRAMIÑANA FUENTES ROBERTO SAPIAINS RODRÍGUEZ
Ex-Jefe de Comunicaciones del Comité Ex presidente del Comité Provincial
Provincial de la Unidad Popular de de la Unidad Popular de Valparaíso
Valparaíso. Ex profesor de la Universidad de
Ex-Gerente General del diario Chile de Valparaíso.
"La Unión" de Valparaíso. Condenado en Consejos de Guerra:
Procesado a contar del 21 de Junio de 1974 Rol A-17 de fecha 11/ 10 / 73 y
por el Tribunal Militar en tiempo de guerra Rol A-137 de fecha 8 / 2 / 74, por
de Santiago, acusado de participar en el Ley de Armas Nº 17.798.
Motín de Prisioneros de Guerra de la Cárcel Procesado en Junio de 1974 por
de Valparaíso. Fiscalía Militar de Santiago. Acusación de Jefe del Motín de
Condenado en Consejo de Guerra Rol A-26 Prisioneros de Guerra de Valparaíso.
de fecha 13/06/1973, por Ley de Condenado por la Corte Suprema
Seguridad Interior del Estado. en causa Rol 91239, el 13-4-78 por

malversación de caudales públicos.

Proceso paralelo a los juicios ante

Tribunales de Tiempo de Guerra.

.

Documento Emitido en Valparaíso, Chile, el 25 de Noviembre de 1997,

Thursday, November 17, 2005

EL PERIODISMO Y LA VERDAD HISTÓRICA



En estos Diálogos con un Sobreviviente, debemos presentar copia de la carta que ha enviado Roberto Sapiains al programa Tolerancia Cero, para exponer el tema que se omitió en el debate presidencial y que es requisito fundamental para recuperar la dignidad de nuestra sociedad, entrampada aún en mentiras y pragmatismos.
A continuación esta carta, que se complementa con la presentación que Roberto ha hecho ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados para seguir luchando por justicia y reparación.

Sres
Alejandro Guillier - Fernando Paulsen
Tolerancia Cero
Presente

Me dirijo a Uds. para referirme al gran tema pendiente del debate presidencial: "Los Derechos Humanos", y de paso reflexionar sobre el caso Cuadra y el caso DINA, ya que TVN entrevistó el día lunes 14, al General (R) Iturriaga, que reclamaba la violación de sus derechos humanos por no haberse aplicado la Amnistía y/o la prescripción en los procesos por secuestros permanentes.
Sobre el caso Cuadra, he escuchado varias veces al señor periodista Fernando Paulsen, reflexionar en el sentido de "hasta cuando van a tener que pagar su culpa las personas que participaron en el Gobierno Militar". Mi opinión es que el Sr. Cuadra no está pagando por haber participado en el Gobierno Militar sino por haber "mentido para ocultar los crímenes de lesa humanidad que cometieron los servicios de inteligencia de ese Gobierno", como lo ha comprobado la Comisión Valech. Ahora, entiendo el argumento de que a los civiles del Gobierno Militar los engañaban con Informes Falsos de la Inteligencia Militar, y, en este caso, el Sr. Cuadra puede perfectamente argumentar que "fue engañado", como lo ha hecho la ex-ministro de justicia Mónica Madariaga. Pero, aún así, el deber histórico de decir la verdad y toda la verdad es imperativo para el Sr. Cuadra, y él lo sabe, porque si no lo hace va a ser considerado como ENCUBRIDOR de esos Crímenes de Lesa Humanidad. Creo que la sanción moral que ha recibido el Sr. Cuadra de parte de su Comunidad Universitaria es un castigo por haber mentido y no sólo por haber "sido parte de los civiles que participaron en el Gobierno Militar".
Respecto al caso DINA, y a la desfachatez del General (R) Iturriaga al desconocer los crímenes de guerra cometidos por esa organización de inteligencia en el período de vigencia del Estado de Guerra declarado por el Decreto Ley Nº 5, reclamando contra los jueces y magistrados por NO aplicar la Amnistía, me permito citar dos documentos:
1.- El Informe Valech que en sus páginas 166 y siguientes documenta las pruebas sobre la tortura en el caso de los Servicios de Inteligencia y en especial de la DINA.
2.- El documento presentado a la Comisión de Derechos Humanos de la Honorable Cámara de Diputados el día lunes 14 del presente, solicitando se forme una Comisión Investigadora sobre las Infracciones Graves al Convenio de Ginebra Relativo al Trato de Prisioneros de Guerra, del cual les adjunto una copia en este mail.
Finalmente, quisiera decirles directamente a Uds., periodistas a los cuales veo en Chilevisión regularmente, que hay una deuda histórica del periodismo investigativo
que es una Obligación Ética Profesional. Esta obligación se refiere a "analizar a fondo el rol de la prensa durante el período de Dictadura", y, en especial, el período de Guerra Interna declarado por el Decreto Ley Nº 5, de 12 de septiembre de 1973.
Al respecto, en el documento que les adjunto encontrarán un testimonio detallado del rol histórico jugado por El Mercurio de Valparaíso y otras publicaciones de prensa de la época que, estando bajo "censura previa", publicitaban las "falsas acusaciones" de la Propaganda de Guerra de la Junta Militar.
Termino este mail con una petición respetuosa, solicito que Uds. señores periodistas y en especial el señor Alejandro Guillier, que hoy día dirige el gremio de periodistas en el Colegio Profesional de la Orden, se atrevan a una "autocrítica descarnada de la deuda histórica que su gremio tiene con el pueblo de Chile y LA VERDAD", así con mayúscula, que es, a mi modesto juicio, el deber profesional de todo periodista que se respete como tal.
Saluda atentamente a Uds.

Roberto Sapiains Rodríguez
Ex-Prisionero de Guerra