Thursday, July 27, 2006

EL NUEVO HERALD ANALIZA OFERTA DE CONTRERAS DE DENUNCIAR A PINOCHET POR NARCOTRÁFICO

Era una oferta-amenaza. Así calificó la embajada de Estados Unidos en Chile la promesa que hizo el temido ex general chileno Manuel Contreras de involucrar a la familia de Augusto Pinochet en el negocio del narcotráfico.

La sombra del narcotráfico sobre el clan Pinochet

GERARDO REYES
El Nuevo Herald 23 de julio, 2006


Según el cable secreto fechado en 1989, los servicios de inteligencia estadounidenses se enteraron de que Contreras estaba dispuesto a hablar de los vínculos de un hijo de Pinochet con la droga.

''Probablemente se refiere a Marco Antonio'', especuló entre paréntesis el funcionario de la embajada de Estados Unidos en Chile refiriéndose a uno de los cinco hijos del dictador.

Además, advertía el cable, Contreras está amenazando con desacreditar al candidato a la presidencia George Bush (padre), a cambio de que Estados Unidos baje la presión por el caso del asesinato del ex ministro chileno Orlando Letelier en 1976, del cual Contreras estaba acusado.

Obtenido en el 2000 por la fundación privada National Security Archives de Estados Unidos, el telegrama no parece haber merecido ningún seguimiento.

A juzgar por la anotación al margen de la embajada estadounidense en Santiago, lo más seguro es que no se le prestó mayor atención.

''Contreras es el hombre más peligroso de Chile'', dice la anotación. ``Se está sintiendo bajo extrema presión por el caso de Letelier''

En cuanto a la amenaza contra Bush, la embajada las desestimó con el argumento de que debía ser una de tantas versiones infundadas que apuntaban a que Bush, cuando era director de la CIA, encubrió la culpabilidad de cubanos que trabajaban para esa agencia en el asesinato de Letelier.

Hoy, 17 años después, Contreras quiere hablar de la oferta, no de la amenaza.

Quiere insistir en que los Pinochet se enriquecieron con el narcotráfico. Por ello, en medio de sus declaraciones relacionadas con muertes y desapariciones, ha pedido a un juez chileno que se le escuche su testimonio en relación con el negocio de la droga y la familia que gobernó en Chile de 1973 a 1988.

Según sus aseveraciones, en una planta del ejército el asesinado ex agente de la policía secreta Eugenio Berríos produjo cocaína que Marco Antonio comercializaba.

Hasta ahora solo se conocen sus palabras, no sus pruebas.

Marco Antonio presentó una demanda por difamación.

''Contreras es un mentiroso, un canalla, que se escuda en mentiras para decir cosa'', declaró el hijo de Pinochet al incoar la querella.

El martes pasado el fiscal Héctor Barros, jefe del departamento contra el crimen organizado, interrogó en la cárcel militar Cordillera a Contreras, quien se encuentra recluido cumpliendo una condena a 12 años por la desaparición de un detenido.

Las declaraciones de Contreras han revivido una larga historia colmada de coincidencias bochornosas y asociaciones cuestionables en el mundo del narcotráfico por parte de los Pinochet, pero es una historia, según los expertos, que clama por pruebas contundentes como las que sirvieron de base el año pasado -cuentas bancarias, cheques, transferencias cablegráficas - para presentar los cargos de corrupción en contra de gobernante por el manejo de unos $25 millones.

El escenario de fondo es claro. Es sabido que en la guerra internacional contra el comunismo que promovió Pinochet, se forjaron alianzas entre narcotraficantes y mercenarios anticomunistas. La pregunta es cuándo y cómo se mezclaron los dineros de las conspiraciones con las cuentas bancarias personales y en qué forma participaron Pinochet y su hijo.

Bajo la premisa de que los fines justifican los medios, los dividendos de la cocaína obtenidos por narcotraficantes cubanoamericanos sirvieron para financiar varios planes siniestros en la década de los ochenta.

Así describen la situación Saul Landau John y John Dinges, autores del libro Asesinato en Washington sobre la muerte de Letelier: ''Los gángsters y traficantes de drogas también tenían su parte en este sofisticado juego. Pinochet entregó a la DEA un avión lleno de traficantes de cocaína detenidos después del golpe militar. El gobierno de Allende, recién derrocado, fue culpado del tráfico. Contreras podría así colocar a sus propios hombres en los laboratorios de cocaína y en los puntos de distribución, bajo protección de la DINA''. Y agregan: Las enormes ganancias fueron destinadas a fortalecer el presupuesto clandestino de la DINA. La parte de los cubanos fue a sus bolsillos y a la causa anticastrista''.

El problema con Contreras es que su testimonio está limitado por el riesgo de que termine implicándose él mismo, según explicó a El Nuevo Herald el periodista chileno Rodrigo de Castro, autor del libro sobre Chile y el narcotráfico La Delgada Línea Blanca.

''Quienes han investigado esta cara criminal oculta de la dictadura, saben por qué Manuel Contreras no entrega información dura, capaz de constituir pruebas concretas en contra -en este caso- de Augusto Pinochet'', afirmó de Castro ``No lo hace porque acabaría incriminándose a sí mismo''.

En cualquier caso, la historia reciente ha mostrado que los Pinochet, no han podido cerrar las compuertas del pasado y ésta podría ser una nueva vertiente de enredos que está a punto de abrir otra más.

''Contreras es un mentiroso patológico, pero los Pinochet han estado involucrados en tantas cosas ilícitas que es mejor esperar a ver qué sale de todo esto'', comentó Peter Kornbluh, director del proyecto de Chile en el National Security Archive.

Dinges, profesor de periodismo de la Universidad de Columbia, dijo a El Nuevo Herald que aunque no ha profundizado en el tema del narcotráfico y la dictadura, ``miraría con escepticismo las declaraciones de Contreras si no existe corroboración''.

El hecho de que un hijo de Pinochet estuviera supuestamente de alguna manera involucrado en el narcotráfico, agregó, ``no involucra a su padre, pero si eres presidente del país probablemente vas a ayudarlo a escapar de la justicia''.

Lo más novedoso que se conoce hasta ahora de Contreras es un documento obtenido por el reportero Jorge Molina Sanhueza, compañero de de Castro en el diario oficial La Nación de Chile, en relación con un testimonio reciente de Contreras

De acuerdo con el documento citado por Molina y que fue entregado por Contreras a la justicia, la fortuna amasada por el ex dictador se debe al tráfico de drogas realizado por su hijo Marco Antonio junto al empresario chileno de origen sirio Edgardo Bathich Villarroel y el químico Berríos de la DINA.

''La producción, señala el informe, era enviada a Estados Unidos y Europa, donde el pariente político de Bathich, el famoso traficante internacional de armas y drogas Munzer Al Kassar, la distribuía para posteriormente enviar remesas a las distintas cuentas que el clan Pinochet mantenía en el viejo continente y EEUU'', explicó Molina.

Bathich, descrito como un hombre que se reodeaba de hermosas mujeres, era amigo y socio de Marco Antonio. Según de Castro, ambos se asociaron en 1986, en las empresa Bathich Motoren Ltda y luego, cuando ésta cambió de nombre, a Chile Motores S.A.

El gran fiasco que puso en evidencia las malas compañías de Marco Antonio fue el arresto de Bathich en junio de 1992 en el aeropuerto de Barajas, España, en compañía de un personaje de largos prontuarios internacionales: el narcotraficantes y contrabandista de armas Al Kassar.

Pero quizás el eslabón más intrigante de la conexión chilena de las drogras que adquiere hoy una gran importancia para dilucidar el papel de los Pinochet, es el ciudadano greco colombiano americano chileno, Frankel Iván Baramdyka Rodríguez.

El paradero de Baramdyka es desconocido. El Nuevo Herald habló con dos abogados de Estados Unidos que lo representaron en un caso civil y otro penal, pero ambos informaron que había perdido su rastro.

Baramdyka fue condenado en 1993 por la Corte del Distrito Sur de California.

a ocho años de prisión y cinco años de libertad vigilada por cargos de confabularse para importar cocaína.

La base de datos del Buró de Prisiones de Estados Unidos refleja que se le dio de alta del sistema federal de prisiones el 31 de octubre del 2001. En junio del año pasado el juez Audrey B. Collins negó una moción de Baramdyka, quien actúa sin abogado defensor, para anular la supervisión.

Sin embargo, Baramdyka ha dejado un abundante rastro de su vida de aventurero y negociante oportunista que ha sido corroborado en algunos aspectos por periodistas pero no por los tribunales.

En una declaración extrajudicial de mayo de 1987 aportada a la corte de California y rendida originalmente en Chile, Baramdyka sostuvo que nació en Colombia el 25 de noviembre de 1953. Su padre reside en Estados Unidos y su madre, Leonor Rodríguez, en Colombia.

A los 16 años, ''por razones financieras'' amigró a Estados Unidos y obtuvo la ciudadanía. Después de prestar servicio militar en la armada de Estados Unidos, se empleo en varias compañías de camiones de transporte de carga dominadas por mafias sindicales en California.

Harto de las investigaciones del FBI por las actividades de esas organizaciones con las cuales terminó comprometido, decidió regresar a Bogotá donde conoció a unas personas que lo involucraron en el negocio del narcotráfico a través del envío de flores a Estados Unidos.

De simple correo de dinero y drogas, Baramdyka pasó a ser un importante narcotraficante con capacidad para operar dos aviones que transportaban cocaína entre Colombia, México, Haití y Costa Rica.

El encausamiento de la corte federal de Califonia de 1986 los acusa de haber introducido a Estados Unidos 1.2 toneladas de cocaína.

En un un punto de su carrera de narcotraficante Baramdyka se colgó la dudosa medalla de haber participado en la operación de ''drogas por armas'' para los combatientes antisandinistas en Nicaragua con el respaldo de la CIA.

En Los Angeles, donde vivía, conoció a funcionarios del consulado chileno que, según él estaban involucrados en el sumnistro de éter y acetona para laboratorios de narcotraficantes colombianos. Para esa época Marco Antonio era funcionario consular en Los Angeles. Sin emabrgo Baramdyka ha dicho que no tuvo contactos directos con ninguno de los hijos de Pinochet

Su situación se complicó, explica Baramdyka, en mayo de 1985 cuando la policía confiscó $600,000 en efectivo que guardaba en su casa producto de las ventas de cocaína. Para su sorpresa la policía lo dejó libre. Temiendo que los miembros de la organización de narcotráfico lo asesinaran por la pérdida del dinero, sacó todos su ahorros de los bancos y envió a su esposa chilena y a sus hijos a Chile.

La organización le entregó un pasaporte a nombre de Trinidad Moreno con el que viajó a Chile, explicó. Además del dinero, el gobierno le confiscó un avión Merlin III y joyas evaluadas en $11,000, bienes que ha tratado infructuosamente de recuperar en un proceso civil en Estados Unidos.

En Santiago fundó la empresa Seafood Pacific Processing, agregó

Baramdyka fue arrestado en Chile a raíz de una solicitud de extradición por el encausamiento en California.

Durante una entrevista con el periodista de Castro en la prisión, el acusado aseguró que en octubre de 1985 recibió una visita de un emisario con el mensaje de que Alvaro Corvalán, el jefe de Operaciones de la CNI, deseaba hablar con él.

Baramdyka explicó al periodista que en el restaurante Rodizio de Apoquindo, Corvalán le dijo que sabía perfectamente con quien estaba hablando y le pidió su asesoría para encontrar comprador de 75 kilos de cocaína que su organización tenía en Las Bahamas. ''De inmediato, Baramdyka lo puso en contacto con un cubano dueño de una compañía de seguros en Miami, quien compró la mercadería a $43 mil el kilo'' agregó.

La relación con Corvalán acercó a Baramdyka a los círculos del poder. Según su testimonio el capitán Jorge Portus, jefe de seguridad de la Planta de Químicos de Talagante del ejército de Chile le presentó a Bathich.

Allí, explica de Castro, Baramdyka escuchó lo que Bathich tenía que comunicarle.

''Me dice que él puede ayudarme'', relató Baramdyka. ``Me dice que tiene excelentes relaciones con el general Pinochet y con los Servicios de Seguridad. Me cuenta que mueve cantidades importantes de cocaína. Que entra la droga al país en los motores usados que trae por tierra desde Brasil a su empresa Bathich Motoren. También usa helicópteros y camiones que traen minerales de Bolivia. Pero ese no es un problema: Alvaro Corvalán se preocupa de la seguridad del ingreso y del transporte de la cocaína dentro de las fronteras de Chile. Es en el exterior donde sus operaciones presentan dificultades. Me dice que tiene buenos contactos en Cancún, México, y en las Islas Vírgenes. Tiene también un sistema de correo con las azafatas y pilotos de LAN Chile para ingresar cocaína a Miami. Pero ahora están empeñados en transportes masivos. Me pide que lo ayude a ampliar sus contactos en Colombia. Ellos trabajan casi exclusivamente con Fabio Ochoa y con sus tres hijos, los hermanos Ochoa Vázquez''

LOS DUEÑOS DE CHILE

Revista Punto Final
Los dueños de Chile

"Los dueños de Chile somos nosotros, los dueños del capital y del suelo; lo demás es masa influenciable y vendible; ella no pesa ni como opinión ni como prestigio". Lo dijo hace más de un siglo Eduardo Matte Pérez, bisabuelo de Eliodoro Matte Larraín, actual mandamás de una de las pocas familias que continúan controlando el grueso del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile.




Esa declaración, que podría apropiársela cualquiera de los líderes de los grupos económicos de hoy si se atrevieran a igual franqueza, inspiró el título del libro del periodista Ernesto Carmona, editor internacional de la revista La Huella. En Los dueños de Chile, primer libro publicado por Ediciones La Huella, este profesional de larga trayectoria en Chile, Argentina y Venezuela, desenreda la maraña de los grupos económicos y corporaciones extranjeras que controlan el país. Son los nuevos dueños de Chile.

Desde esa posición, actúan como poder fáctico interviniendo en todos los ámbitos del quehacer nacional, mientras desde los medios de comunicación bajo su tutela intentan convencer a la "masa influenciable" que el mercado y el poder del dinero no tienen ideología.

Como la concentración de la riqueza y la expansión de la pobreza es un fenómeno planetario acentuado por la globalización neoliberal, Ernesto Carmona inserta este estudio de la realidad nacional en el cuadro de los más ricos del mundo y de América Latina. Según el Informe sobre Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) de julio de 2002, el 1% de la población mundial tiene el mismo ingreso que el 57% de la población más pobre. El ranking mundial de Forbes 2002 (Los más ricos del mundo) incluye 497 multimillonarios de 46 países -casi la mitad es de Estados Unidos-. En conjunto, poseen un millón 590 mil 400 millones de dólares, ’más de cien veces el valor de las exportaciones chilenas de un año bueno’. En el otro extremo, la cuarta parte de la humanidad, alrededor de 1.500 millones de personas, vive con menos de un dólar por día. ’Los dueños de Chile’ es más que una mera entrega de información y material de consulta -algo valioso por sí mismo-. Es también un relato entretenido y agudo, un periodismo sin censura que deja al descubierto los numerosos hilos que entretejen y sostienen la dominación de una súper élite en un país que comparte la vergüenza con México y Brasil de tener la más desigual distribución de ingresos a nivel global.

Entre los 25 latinoamericanos más ricos consignados por Forbes en los últimos años -poseedores de más de 1.000 millones de dólares- hay tres chilenos: Andrónico Luksic, Anacleto Angelini y Eliodoro Matte. Ellos y sus familias son los principales grupos económicos del país que se disputan alternadamente el primer lugar entre los ricos de Chile.

Sus fortunas y las de otros se acrecentaron o adquirieron fuerte impulso durante la dictadura militar, pero se expandieron doblemente y se consolidaron en esta etapa de democracia. Indudablemente, han sido favorecidas por políticas de Estado, como las leyes laborales y la privatización de empresas y servicios que dejaron de pertenecer a todos los chilenos. No pagan impuestos por la explotación minera, como tampoco tributan por la extracción de recursos naturales, entre otras muchas franquicias.

Los jerarcas

Eliodoro Matte Larraín (1.500 millones de dólares, Forbes 2002)

La primera referencia histórica sobre los grupos económicos con que se encontró el periodista Ernesto Carmona fue la investigación realizada por el hoy presidente Ricardo Lagos en 1960 para obtener su título de abogado en la Universidad de Chile. En ese estudio, que se publicó con el título de ’La concentración del poder económico’ y donde el autor señalaba que ’la única y verdadera solución’ era la ’abolición de la propiedad privada de los medios de producción’, se identificaban once grupos económicos que controlaban las finanzas, la agricultura y el comercio. El único sobreviviente de aquella época es el grupo Matte, gestado a comienzos del siglo XIX por Luis Matte Larraín en alianza con la familia Alessandri a partir de la Papelera, actual holding Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC). Desde entonces, sus influencias se extendieron a todas las esferas de la vida nacional, incluyendo la cultura y educación, aparte de la política y poderes del Estado.

Fiel heredero de una familia tradicional y conservadora acostumbrada a hacerse valer en la sociedad chilena, Eliodoro Matte Larraín, ingeniero de 56 años con un master en la Universidad de Chicago y ex docente de la Universidad Católica, no sólo preside la CMPC, sino también el Centro de Estudios Públicos (CEP) y es vicepresidente del consejo directivo de la Universidad Finis Terrae. También financia el Centro de Investigación Científica de Valdivia, dirigido por Claudio Teitelboim. La familia Matte participa, además, en el Instituto Libertad y Desarrollo, Fundación Paz Ciudadana, Sociedad de Instrucción Primaria, Fundación Kast, Legionarios de Cristo y tiene presencia tanto en el consejo asesor de Canal 13 (Patricia Matte Larraín) como en el directorio de TVN (Bernardo Matte Larraín), aparte de las más representativas organizaciones empresariales.

Entre los haberes de los Matte Larraín están Forestal Mininco (filial de CMPC), con más de 400.000 hectáreas reclamadas por los mapuche; la empresa eléctrica Colbún; el Banco Bice, e inversiones forestales en Argentina. La CMPC posee la mayor fábrica de papel en América del Sur, con 150 mil toneladas anuales de producción, y controla y participa en más de treinta empresas de los sectores financiero, minero, sanitario, maderero, telecomunicaciones, energía, puertos e industria.

Como una evidencia más del poder de los Matte, se recuerda que la eléctrica Colbún-Nehuenco, que pasó a sus manos luego de ser privatizada, nunca fue multada a pesar de la crisis de abastecimiento de 1999 que mantuvo al país varios meses con apagones diarios.

Andrónico Luksic Abaroa (1.400 millones de dólares, Forbes 2002)

Andrónico no nació en cuna de oro. Hijo de padre croata y madre boliviana, nació hace 74 años en Antofagasta. Tras pasar por la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, se fue a Francia. En dos años y medio reunió un pequeño capital negociando moneda en el mercado negro. Tenía sólo 23 años cuando regresó a Antofagasta y adquirió un porcentaje de la concesionaria Ford. Luego compró una mina, Portezuelo, a unos franceses aventureros, y la revendió a una empresa japonesa... en medio millón de dólares. Siguió comprando acciones en compañías cupreras, pesqueras y bancarias hasta que en 1985 adquirió Anaconda Chile y Anaconda International, propietarias de la mina Los Pelambres, que hoy se explota a ritmo acelerado con participación de empresas japonesas.

El grupo Luksic es propietario de los holdings Quiñenco (industrial y financiero) y Antofagasta (el conglomerado minero más grande de capital chileno), que manejan los hijos de papá Andrónico: Jean Paul, Andrónico y Guillermo. Las ganancias del grupo en 2001 ascendieron a 325 millones de dólares. Sus negocios giran en torno a Madeco (que a su vez controla cinco empresas en Argentina), CCU, Lucchetti (que también está en Buenos Aires y brega por instalarse en Lima), hoteles (como el Carrera) y empresas turísticas en Croacia.

Otra de las ’gracias’ de Andrónico padre es que siempre ha sabido estar bien con quienes están en el gobierno, desde la Unidad Popular hasta nuestros días. En enero de 2001 logró controlar el Banco de Chile mediante un polémico préstamo de 120 millones de dólares del Banco Estado. Esto le permitió fusionarlo con el Banco Edwards, también de su propiedad. Jean Paul Luksic, a cargo del negocio minero, tiene colaboradores y amigos en la Concertación. Escándalos que han merodeado a Andrónico hijo y otros miembros del clan -como los denunciados en el libro ’Impunidad diplomática’, de Francisco Martorel, hasta hoy prohibido en Chile, así como el encuentro en Lima con Vladimiro Montecinos-, han sido silenciados y, al parecer, olvidados.

Anacleto Angelini Fabbri

A este ítalo-chileno de 88 años el ránking Forbes le atribuyó 2.300 millones de dólares en 1996, pero en los años posteriores no ha sobrepasado los 1.000 millones, probablemente por grandes inversiones efectuadas en estos años. Pero es previsible un pronto ascenso. La rentabilidad de las empresas de Angelini triplicó la del grupo Matte en 2001, con utilidades globales 1.137 millones de dólares.

Al llegar de Italia, en 1948, don Anacleto creó la empresa Pinturas Tajamar con otros inmigrantes, luego se alió con inversionistas extranjeros en una empresa constructora, y se hizo socio y administrador del fundo ’La Fortuna’. En los 50 ingresó al incipiente negocio de la industrialización de la pesca con las empresas Eperva e Indo, y comenzó a elaborar harina de pescado. Esa actividad fue y es su fuerte. El grupo Angelini se fortaleció durante la dictadura en el área pesquera, donde hoy es dueño del mayor complejo existente en Sudamérica, y se expandió al sector de inversiones por medio de empresas holdings. También entró en el campo de la fabricación de celulosa a través de su participación en Copec, empresa que concentra la mayoría accionaria de las plantas de celulosa Arauco y Constitución, como también de forestal Celarauco. A comienzos de 2001 tomó el control de Copec, compañía que domina el 40% del mercado de combustibles y cuyas ganancias subieron ese año a 567 millones de dólares, 43% de aumento respecto del 2000.

Angelini también tiene intereses en la minería y sectores de servicios, finanzas, transporte marítimo y electricidad. Es el segundo exportador del sector pesquero y uno de los mayores productores de harina y aceite de pescado en el mundo. La explotación forestal de sus empresas es la que más contribuye a la pérdida anual de 7 mil hectáreas de bosque nativo en Chile, en tanto sus proyectos de producción de celulosa han generado diversos conflictos ambientales.

Aunque mantiene un bajo perfil público, Anacleto Angelini ha intervenido en el medio empresarial y político a través de su ex mano derecha, Felipe Lamarca, fiel transmisor de su pensamiento mientras presidió la Sofofa y la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC). Y así como don Anacleto se movió en las sombras en contra de las reformas laborales, con igual fuerza subterránea propugna la nueva Ley de Pesca que favorece a los grandes armadores.

Los otros grandes

José Said Saffie Nacido en Arequipa (Perú), es heredero de una familia con fuerte raigambre en el sector textil que derivó al área financiera. Posee la cuarta fortuna de Chile, aunque actualmente tiene más intereses en Argentina y Brasil que en nuestro país. Es presidente del BBVA-BHIF, vicepresidente de Embotelladora Andina, presidente de Parque Arauco S.A., director de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras A.G. y consejero de la Universidad jesuita Alberto Hurtado. Las empresas del grupo Said (exceptuando Parque Arauco y Edelpa) obtuvieron 149 millones de dólares por concepto de utilidades en 2001.

Ricardo Claro Valdés Abogado de 65 años, asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores durante la dictadura militar, admirador de Pinochet y conservador a ultranza, autoerigido guardián de ’la moral y las buenas costumbres’. Ricardo Claro es propietario del holding Cristalerías Chile que, a su vez, controla un consorcio de viñas. Es dueño de empresas metalúrgicas y turísticas, servicios, inmobiliarias y fábricas de plásticos, entre otras. Posee concesiones portuarias, tierras en la zona de conflicto mapuche y medios de comunicación -’El Diario’, Megavisión y el cable Metrópolis Intercom-, donde ha impuesto memorables censuras. Controla la Compañía Sudamericana de Vapores y también participa en la empresa mediática Internet Holding (en asociación con el más importante grupo mexicano, Slim) y en Editorial Zig-Zag. Con todo, también tiene amigos en la Concertación, como Andrés Zaldívar, Jaime Estévez y Enrique Krauss. Colabora con María Ayuda y el Hogar de Cristo. Preside la junta directiva de la Universidad de Santiago (Usach).

Se define como autoritario. Las huelgas de los trabajadores portuarios contra las privatizaciones y la rebelión mapuche lo han hecho clamar contra la ’anarquía’. Su fortuna se inició con la compra de la empresa Elecmetal durante la Unidad Popular, donde se le relaciona con la entrega de seis trabajadores después del golpe militar quienes posteriormente aparecieron asesinados.

Los dueños ’chicos’

’Los dueños de Chile’ consigna muchos otros nombres. Por ejemplo, los de líderes de 44 grupos empresariales nacionales exitosos destacados por el diario ’Estrategia’ (15 de noviembre 2001 y 1 de abril de 2002). Entre ellos se encuentran:

Reinaldo Solari Magnasco (Falabella e inversiones en Argentina). Carlos Hurtado Ruiz Tagle (Entel). Juan Hurtado Vicuña (Almendral, Colbún, Consorcio Financiero). Manuel Cruzat Infante (CB Capitales, CB Inmobiliaria). Alvaro Saieh Bendeck (CorpBlanca, VidaCorp, Copesa, empresa propietaria de los diarios ’La Tercera’ y ’La Cuarta’, revista ’Qué Pasa’ y radio Zero). Juan Gálmez Couso (Almacenes Paris). Fernando Larraín Peña (Santa Carolina, Loncoleche, Watt’s).

En esta lista no todos son propietarios, también hay ejecutivos, colaboradores y gestores como Oscar Guillermo Garretón Purcell (Iansa, Puerto de Ventanas, Anagra); Juan Manuel Casanueva Préndez (GTD Teleducto, GTD Telesat, GTD Internet); Víctor Bezanilla Saavedra (Besalco, Autopista del Sol, Infraestructura 2000, Autopista Los Libertadores, Hotelera Norte-Sur), y Hernán Briones Gorostiaga (Cemento Bío Bío, Inacesa, Ready Mix), entre otros.

En otra categoría se encuentran políticos de diversas tendencias que han ido acumulando capital propio con empresas en pleno crecimiento, generalmente bajo alero del Estado, como Sebastián Piñera Echeñique (LAN Chile), el senador Marco Cariola Barroilhet (Pathfinder), Eduardo Frei Ruiz Tagle (Sigdo Koppers), Hernán Büchi Buc (director de numerosas empresas), José Piñera (creador del plan laboral) y el senador Sergio Fernández.

Dictador del pensamiento

Aunque se quedó un tanto atrás en la pirámide de los dueños de Chile, Agustín Edwards Eastman mantiene el poder que le confiere ser propietario de ’El Mercurio’ y una cadena de trece diarios regionales, además de presidir la Fundación Paz Ciudadana, institución que impone una filosofía represiva y cumple el papel de asesorar al Ministerio del Interior en políticas de ’seguridad ciudadana’. ’Viejos conspiradores que consiguieron fondos de la CIA para desestabilizar el gobierno de Salvador Allende y provocar la muerte de un mandatario legítimo, junto a encubridores de numerosos crímenes cometidos por la dictadura militar, aparecen con frecuencia en ’El Mercurio’ recibiendo distinciones de Fundación Paz Ciudadana’, escribe Ernesto Carmona. Y de paso, recuerda que la comisión investigadora del senador Frank Church, de Estados Unidos, estableció que ’El Mercurio’ recibió millones de la CIA para ayudar a derrocar a Allende. El grupo Edwards tuvo desde siempre cercanía y afinidad con el grupo Matte, proveedor del papel para sus periódicos. Pero, además, según ’Los dueños de Chile’, Agustín Edwards le debe a los Matte su rehabilitación como ’figura pública’ en los años posteriores a la dictadura.

Otros ’influyentes’

La nómina de ’influyentes’ se alarga con José Yuraszeck Troncoso y ex ministros o funcionarios de la dictadura militar, entre ellos, Carlos Cáceres Contreras (miembro de los directorios de Almacenes París, Carozzi y otras sociedades); Miguel Poduje y Jorge Selume (socios de Alvaro Saieh): Sergio de Castro (ex presidente de Provida, actualmente con inversiones inmobiliarias), y el ex yerno de Pinochet, Julio Ponce Lerou, quien de la nada fue convertido en dueño de Soquimich y sus filiales, además de enriquecerse con negocios forestales y ganaderos.

Los dueños extranjeros

De las veinte empresas más grandes de Chile, nueve son propiedad o están controladas por capitales extranjeros. Se concentran en el área de servicios y minería. Cuatro tuvieron ventas superiores a 1.000 millones de dólares entre 1999-2000. Y las tres primeras pertenecieron alguna vez al Estado:

Enersis (64% propiedad de Endesa España): 4.284 millones de dólares. Endesa (38,4% de Endesa España): 1.622 millones de dólares. Telefónica CTC Chile (43,6% de Telefónica España): 1.602 millones de dólares. Minera Escondida Ltda. (100% propiedad de la australiana Broken Hill Proprietary y la británica Río Tinto): 1.174 millones de dólares.

 Fuente Revista Punto Final (Chile)

Sunday, July 23, 2006

Periodismo Independiente: No a las guerras preventivas

Periodismo Independiente: No a las guerras preventivas

La comunidad internacional debe parar el genocidio.

Beneficiados por reparación Riggs esperan cobrar

Si Ud. está en esta situación, infórmese a través del blog de la Fundación Salvador Allende, haciendo click aquí

CRIMENES EN COLONIA DIGNIDAD




Domingo 23 de julio de 2006


¡Quemados con fósforo químico!


Gerhard Mücke, jerarca de la secta de Parral, encaró a su jefe, Paul Schäfer, exigiéndole que asuma su responsabilidad. Contó al juez las dramáticas horas finales de los prisioneros dentro del fundo. Los desenterraron en 1978, quemaron químicamente sus restos y tiraron las cenizas al río Perquilauquén.

Con las luces encendidas de la vieja retroexcavadora Fuchs, Erich Fege salió ya oscuro desde el sector habitado del fundo y se alejó cinco kilómetros hasta el sector Chenco, dentro de Colonia Dignidad. Tenía la orden de Schäfer de cavar un hoyo ancho y profundo. Fege, nacido en Alemania en 1926, hizo la excavación y por radio le mandaron: “¡Aléjate 200 metros del lugar y mantente alerta!”.

Un grupo de efectivos del Ejército estaba ya dentro del predio. Venían desde Parral, pero pertenecían a la Escuela de Artillería de Linares. El “Doc”, como le decían a Schäfer los militares, llamó a Gerhard Mücke y le ordenó conducir a los huéspedes hasta la fosa cavada por Fege. Él obedeció sin chistar y, con trato amistoso, guió a los visitantes. Al acercarse al lugar indicado, Mücke (mosquito) se retrasó un poco, pero antes les mostró el sitio preparado. Desde una camioneta, los militares bajaron a un grupo de detenidos, presumiblemente cinco, los mataron a tiros y los arrojaron a la fosa. Mücke, el guardaespaldas de “Glasaugen” –como también le decían a Schäfer por su ojo de vidrio–, llamó a Fege por radio para que acercara la máquina: “¡Ahora tapas el hoyo y no preguntas nada!”, le ordenó. Enseguida guió a los oficiales, suboficiales y soldados hacia las casas de Dignidad, donde el “Doc” los agasajó con los típicos manjares de la tradición bávara. Dentro de las alambradas de la secta caían y desaparecían los primeros prisioneros políticos. Habían transcurrido sólo algunas semanas desde el golpe militar de 1973. Otros prisioneros –colonos sometidos por la violencia y el terror impuesto por Schäfer y sus jerarcas– sobrevivían bien alimentados en el predio, pero sufriendo como peones al servicio del rigor maléfico. Pocos días después, Schäfer repitió la orden a Fege. “¡Sales oscuro!”, le dijo. Con la antigua Fuchs que operaba con un sistema de huinchas, el alemán enfiló hacia el mismo lugar y cavó otro hoyo similar. Un nuevo contingente del Ejército arribó al fundo desde las cercanías. Cumplida la tarea, Fege volvió a alejarse a la espera de que lo llamaran por radio, poco después de escuchar los disparos. Presumiblemente, esta vez los detenidos también fueron cinco. Murieron de la misma manera y tuvieron el mismo destino. El agasajo se repitió. “Glasaugen” era un excelente anfitrión, aunque muy mal vecino.

LOS DESAPARECIDOS DE PARRAL

El macabro ritual se repitió al menos dos veces más. En total, durante los dos meses tras el golpe, al interior de Dignidad fueron eliminados y sepultados “unos 20” prisioneros, recuerda Mücke en el proceso judicial contra Colonia Dignidad. Cifra que se aproxima a los 22 parralinos que desaparecieron entre septiembre y octubre de 1973 en cuatro oportunidades distintas. Primero, el 26 de septiembre, cinco detenidos fueron trasladados desde la cárcel de Parral a un lugar desconocido por orden del gobernador de la zona, el hoy coronel (R) de la Escuela de Artillería de Linares Hugo Cardemil Valenzuela. Otros cinco desaparecieron desde la comisaría, entre el 11 y el 15 de octubre de 1973. El tercer grupo, también de cinco, desapareció el 13 de octubre desde el retén policial de Catillo, a unos 10 kilómetros de Colonia Dignidad. Y, por último, el 23 de octubre fueron sacados siete prisioneros desde la cárcel de Parral por orden de Cardemil. Los datos coinciden con los recuerdos de Mücke y Fege. Ellos no mencionan a otros detenidos eliminados en la colonia, aunque sí señalan que en 1974 llegó otro montón de prisioneros, pero después fueron sacados por la DINA hacia un destino desconocido.

Pero el autor material de las 40 mil fichas de amigos y enemigos de la colonia, empresarios, militares, curas, monjas y autoridades políticas de diversas épocas, el “filósofo” Gerd Seewald Lefevre, presentado siempre como el “director de la escuela de Villa Baviera”, devela que otros prisioneros sí desaparecieron desde el fundo. Menciona a Hernán Sarmiento Sabater y Haroldo Laurie Luengo, detenidos en Parral; Pedro Merino Molina, en Coronel; Adán Valdebenito Olavaria; en Lota, y a José Hilario San Martín Llancán, que no figura en ninguna lista oficial, y a otro de apellido Santibáñez. Todos corresponden al período de 1974, año en el que fue internada una gran cantidad de prisioneros en Dignidad. En aquel tiempo, Schäfer le comentó a Seewald: “Sie dürfen nicht überleben” (ellos no deben sobrevivir). Los mencionados aparecen en fichas incautadas el año pasado en el predio alemán.

“TODOS FUERON QUEMADOS”

Corría 1978 cuando un día Schäfer convocó a su fiel “tío Mauk”, como llamaban a Mücke, y le ordenó: “¡Hay que limpiar el fundo! ¡Anda, sácalos y deshazte de ellos!”. El pintor de brocha, como se autodenomina Mücke ante los jueces, pidió ayuda a Rudy Collen y Willy Malessa. La “limpieza” les tomó un par de semanas. Fue durante ese año cuando por orden de Pinochet se inició a la “Operación Retiro de Televisores”. En las distintas guarniciones militares se debían ubicar las fosas clandestinas, desenterrar los cuerpos de los detenidos asesinados y lanzarlos al mar, amarrados a un trozo de riel para hacerlos desaparecer definitivamente. La alarma había sonado en los cuarteles poco después que en una mina abandonada en Lonquén fueran ubicados los restos de 15 campesinos desaparecidos. Aunque se sospechaba, hasta ahora no se sabía que la orden también llegó a Colonia Dignidad.

Esta vez la vieja Fuchs la manejó Collen, mientras el “tío Mauk” dirigía las obras y se ensuciaba las manos enguantadas. El trabajo avanzó bajo la supervisión del “Doc”, empeñado en cumplir la orden de su general. Tras desenterrar los cuerpos ya putrefactos, “aunque aún con partes blandas”, como recuerda “Mauk”, éste y Collen metieron a cada uno en un saco bien amarrado y luego puesto dentro de otro “que tenía una sustancia que era fósforo y que quemaba fuertemente. Todos los cuerpos fueron quemados”, confesó Mücke. Cuando la siniestra operación concluyó, “las cenizas se arrojaron al río Perquilauquén en un camión”, dijo el alemán con su gruesa voz de barítono a mal traer. Y afinó más el cálculo: “Fueron entre 18 y 21 cuerpos y conté cuatro o cinco fosas”. Una versión, aún más escabrosa, no confirmada pero no ajena a la sofisticada ferocidad de los “benefactores”, indica que los desechos se los habrían arrojados a los chanchos.

FRENTE A FRENTE

Veintiocho años después, encarcelados y respondiendo a la justicia por los crímenes de lesa humanidad, en julio pasado Mücke y Schäfer fueron careados. Mücke enfrentó a su jefe por primera vez: “¡Basta! Ya está bueno que reconozcas tu responsabilidad. Tú diste las órdenes y después me dijiste: ahora hay que limpiar el fundo. ¡Sácalos, y deshazte de ellos!”.

Schäfer miró a Mücke con frialdad y en mal castellano dijo: “No tengo idea de qué me habla este señor”. Mücke contraatacó: “¡Los militares entraron al fundo por orden tuya y tú me ordenaste que los guiara por los caminos interiores!”. “Bueno, ellos entraban a la villa y hacían lo que les daba la gana, eran el Gobierno. Es cierto que pasaron centenares de militares y carabineros. Llegaban sin avisar. Pero de eso que tú dices no sé nada. ¡Estuvimos 40 años juntos, Gerhard, y todo lo que se hizo se decidió en comunidad!”.

“¡No, señor, usted daba las órdenes!”, le espetó “Mauk”.

Decepcionado, “Mosquito” se sumaba a lo que un par de semanas antes habían sido las duras quejas ante la justicia de otro peligroso hombre del politburó de Dignidad, Kurt Schnellenkamp, en contra del “Ewige Onkel” (el “Tío Permanente”): “Paul nos engañó a todos y más encima se quedó con nuestro dinero”. Algo parecido había proferido en el juicio “el filósofo” de las fichas, Seewald. Nacido en 1922, sostiene que estudió filosofía en la Universidad de Hamburgo y ahí aprendió “a fichar”. “Él nos manejó a todos”, manifestó. Ahora, todos se sentían engañados por la sagacidad extrema del ex cabo nazi que, según cuentan, no perdió el ojo en la guerra, sino desatándose la amarra de los bototos con un tenedor.

DE CARRASCO A MERTINS

“Ku”, como todavía llaman a Schnellenkamp dentro de Dignidad y por fuera sus amigos chilenos, tenía razones de sobra para estar enojado con el “Doc”. Por años, fue él quien dio la cara por el sur y el norte para cumplir la orden de Schäfer de conseguir armas y municiones para defenderse “de los comunistas”. Tarea que cumplía en paralelo como jefe de la planta chancadora de Bulnes, donde producen ripio y otros materiales que todavía venden a empresas de la construcción e, incluso, dicen, al Estado.

Es en sus recientes palabras en el proceso de Colonia Dignidad donde aparecen nuevos nombres de altos oficiales que, durante la dictadura, tuvieron estrechos lazos con la secta. Dedicado a conseguir pertrechos de guerra o chatarra militar que creativamente transformaban dentro del fundo, afirmó que “fue en esta oportunidad cuando tomé contacto con algunos señores oficiales de Concepción, como Washington Carrasco, Luciano Díaz Schneider y Dante Iturriaga, y otros cuyos nombres en este momento no recuerdo”. Si de ellos también recibieron prisioneros que llevaron al predio, no lo dice. Asimismo se relacionó con suboficiales armeros de distintos regimientos del país, con los que también conseguía algunas armas y municiones bajo cuerda “a cambio de quesos y cosas de ese tipo”. Los alemanes habían decidido incrementar su arsenal, que más tarde fue “subiendo de pelo” y sofisticación, por ejemplo, en negocios con el traficante de armas internacional y ex oficial de las SS hitlerianas Gerhard Mertins. El mismo “Ku” admitió los contactos que, acompañado por Helmuth Seelbach, otro alemán de la colonia, tuvo con Mertins en sus fundos de Durango (México) y Bonn (Alemania). Éste se transforma en el primer reconocimiento abierto de estos negocios con Mertins hecho por un miembro de la jerarquía de esta asociación ilícita criminal.

A SOLAS CON WILLOUGHBY

A “Ku” la memoria tampoco le falla para recordar que un día de 1974 condujo el bus Mercedes Benz de la colonia hasta el estadio de Talca: “El viaje fue para trasladar hasta Villa Baviera a unos 15 prisioneros. Cuando llegué de vuelta los dejé en el galpón de las papas en medio de la noche y le dije a Paul: ¡misión cumplida!”. Qué pasó con ellos después no está seguro, dice, pero afirma que le parece que la DINA los sacó en un bus.

En julio de 1974, Schäfer dijo a Schnellenkamp: “Me vas a llevar al fundo Las Palmas, entre Melipilla y Las Cabras. En el camino hablamos”. Cuando arribaron al lugar, Schäfer le explicó: “Bueno, ahora me esperas aquí porque tengo una reunión importante con el señor Federico Willoughby, él es como un ministro de nuestro Gobierno”. “Ku” sostiene que esperó cerca de una hora. Cuando el “Doc” salió y partieron de vuelta en el vehículo, le contó: “El agente de la DINA Miguel Becerra murió en la villa, y no conviene que se sepa que murió adentro. Cuando lleguemos, tú y Rudi [Collen] van a cargar su camioneta en el Magiruz [Deutz, un camión] con su cuerpo adentro. Lo sacan, en Parral bajan la camioneta con su cuerpo, Rudi se vuelve, y tú conduces la camioneta hasta la carretera en Linares. Te desvías por algún camino no muy transitado y lo dejas ahí, sentado al volante. Que parezca cualquier cosa. Alguien te va a seguir para traerte de regreso”.

“Así lo hice. El cuerpo ya estaba descompuesto. Creo que Becerra, a quien apodamos “Uno” porque siempre andaba solo y vivía con nosotros adentro, quería salirse de la DINA”, contó “Ku” en el proceso. Quién sabe por qué, “Glasaugen” pareció recobrar el don del recuerdo cuando, interrogado por el episodio Becerra, expresó casi en una alegoría: “Alguien vino un día a mostrarme una manzana mascada que estaba en la pieza de Becerra. Corté un pedazo y se lo di a las lauchas. Cayeron muertas de inmediato. A Becerra le gustaba comer de noche una manzana. Mi teoría es que lo envenenaron, por lo de las lauchas, creo.

EL PERRITO DE MAGAÑA

El operativo militar que los alemanes llamaron “Cerro Gallo”, monte ubicado al este del río Perquilauquén, que cruza el predio de 17 mil hectáreas, se realizó en 1974. Según Mauk, “Ku”, Fege y un nuevo testigo, Franz Baar –un chileno robado a sus padres cuando niño y adoptado ilegalmente–, a Dignidad llegó una tarde un contingente de unos 500 efectivos del Ejército. Durmieron dentro y al amanecer salieron de cacería, pero humana, apoyados por helicópteros. Ninguno dijo hasta ahora si se detuvo gente, aunque algunos lo presumen. Sin embargo, el episodio arrojó otro nombre desconocido hasta ahora –fuera de los de Manuel Contreras, Pedro Espinoza y el mismísimo Pinochet, que se pasearon por el fundo–. Un oficial de apellido Magaña que, según los testigos, pertenecía al Regimiento Chacabuco de Concepción, iba a cargo del operativo. “Andaba con un perrito bajo el brazo”, recordaron Baar y Mücke. Lo que les pareció fuera de toda marcialidad militar fue que Magaña, antes de iniciarse el operativo rastrillo, armó un gran escándalo porque se le había perdido su mascota y puso a alemanes y soldados de cabeza a buscarlo. “Lo raro es que, cuando lo encontraron, se subió al helicóptero con la mascotita”, comentó socarronamente el “tío Mauk”.

Al final del operativo, Magaña le entregó a Schäfer un diploma de agradecimiento que decía: “Al General, Doctor y Profesor”. LND

Monday, July 17, 2006

Copiamos un testimonio sobre el Chile actual, de Tito Tricot

Armémonos de pasión y hagamos el amor con Chile

En las alturas cósmicas del altiplano cuesta respirar, se acelera el corazón y se obnubila la mirada mientras las impasibles vicuñas sonríen quedamente ante la súbita muerte que te golpea las sienes con la ferocidad del viento ancestral. Pero nadie se muere, y a nadie se le escurre el alma por la boca, pues lentamente se sosiega el espíritu y se aquieta el mar interior. Algo similar sucede en la espesura del Chile capitalista donde también cuesta respirar, y no son ni la altura ni las nieves cordilleranas, sino que la profunda herida asestada sin contemplación alguna contra un pueblo que alguna vez se atrevió a construir el sueño sin pedir permiso a nadie. Entonces se enfurecieron los dueños del país, nos movieron las montañas, nos esquilmaron los bosques milenarios, nos remecieron las certidumbres y nos espantaron los sueños a golpes de culatazos. Chile magullado, cercenado, dolido y consternado, se hundió en sus reservas de dignidad para seguir viviendo. Entonces, acribillados de espanto, todo parecía imposible, pero de alguna manera y de muchas maneras, creamos la posibilidad, organizamos la posibilidad, armamos la posibilidad hasta los dientes y nos fuimos al monte a hacer el amor de cordillera a mar, con violencia y ternura, como lo hacen los pueblos heridos de muerte.

Y esa decisión, ese fuego orgásmico es el que nos falta a veces o casi siempre en este país del fin del mundo, aquella pasión que durante la dictadura militar nos permitió imaginar un Chile distinto, donde se pudiera caminar tranquilamente por las calles sin tener que mirar por sobre el hombro y, quizás, hacer el amor sin la urgencia de la muerte besándote la nuca. Porque de eso se trata, de recuperar la capacidad de asombro y de furia ante la injusticia, la pasión por la vida, por ser nosotros mismos, por cuestionarnos y cuestionar. Recuperar lo que nos quitaron en luengos años de dictadura y que ha continuado fomentado esta peculiar democracia para quien el mercado es el Dios mortal que debe crear disciplinados consumidores que no piensen, que no hablen, que no griten, que no se organicen, que no luchen por sus derechos. Y si lo hacen, allí está la policía para reprimirlos, los medios de comunicación para estigmatizarlos y, por supuesto - una vez más - generar la impresión de que es imposible bregar contra el sistema. ¿No es lo mismo que hizo la dictadura por tantos años?

El miedo: miedo a la muerte, a la tortura, a la cárcel, al pasado, al presente y al futuro, pero sobre todo, miedo a tu propia capacidad, que es el peor de los miedos. Por eso, la primera revolución es atreverse, creer en la fuerza ética de nuestras ideas, en el inconmensurable poder de lo colectivo. Creer para crear, porque la arquitectura de los sueños requiere de la imaginación, como lo hicieron los estudiantes secundarios que lograron, no solo paralizar el país, sino que suscitar el apoyo de amplios sectores sociales. Como lo hicieron los mapuche que pudieron posicionar sus demandas a nivel nacional cuando nadie hablaba del indígena, cuando a nadie le importaba el indígena. Ellos fueron capaces de organizar la posibilidad, de creer en su propia fuerza, de transformar esa posibilidad, quizás remota, en una realidad de lucha y acción. El movimiento estudiantil secundario y el movimiento mapuche constituyen los dos movimientos sociales más importantes de la última década en Chile. Ambos fueron capaces de perderle el miedo al miedo y a esta democracia de mercado que todo lo compra y todo lo vende, incluida la educación, los bosques y las tierras indígenas.

Fue una explosión de amor por Chile, pues este no es el país que queremos; fue una profunda eclosión de ternura vestida de juventud; fue un estallido de dignidad del mapuche que gritó con su voz de pueblo antiguo que en este país que llamamos Chile no todos somos chilenos. Ambos recuperaron la capacidad de asombro y furia ante la injusticia, y aquella pasión se organizó y se convirtió en pensamiento, en huelga, en toma, en recuperación de tierras usurpadas, en enfrentamiento contra la policía, en decisión y combatividad, en inteligencia y movilización permanente. Esta es la pasión que necesitamos, esta es la decisión que necesitamos para cambiar este Chile golpeado por la desigualdad, la pobreza, la mentira, la mediocridad. Esta es la pasión que necesitamos para gritarle al mundo que no todos aquí, al fin del mundo, creemos en el capitalismo, que hay mucha gente digna que se organiza y lucha en las universidades, en las escuelas, en las poblaciones, en los barrios, en el campo, en las comunidades indígenas, en la calle, en los centros culturales, en las radios comunitarias, en los sindicatos, para cambiarle el rostro de infelicidad a un país que poco a poco lo consumen el mercado, la contaminación ambiental, el saqueo transnacional, la pobreza y, por cierto, la abrumadora incertidumbre del futuro.

Es cierto, en este país capitalista a ultranza cuesta respirar, pero ¡qué más da! como en otros tiempos, como en todos los tiempos, simplemente armémonos de pasión, adentrémonos en el bosque de la historia, desnudemos, lenta o desbocadamente, al Chile de nuestros sueños y hagamos el amor en la noche más hermosa de la Pampa del Tamarugal para preñarse de futuro.

Tito Tricot
gentileza rebelion.org

Tuesday, July 11, 2006

“La verdad duele”.“ La coca negra de un militar”.

“La verdad duele”.“ La coca negra de un militar”.

Enviado por Carolonline el 10 Julio, 2006 - 13:38

El jaque mate del ex general del ejército chileno Manuel Contreras acaba con el rey, el ex-dictador chileno el longevo Cesar Augusto Pinochet Ugarte y su descendencia completa.
Contreras decide acusar al círculo del ex dictador plasmando sus dichos en el proceso por el homicidio de un militar que apreciaba: el coronel Gerardo Huber. Durante años cargaba con este trago amargo que envenenaba sus encarcelados dìas; pues hace quince años atrás con la muerte del coronel Huber algo quedò sin resolver; Contreras le debia su irrestricto respeto a Gerardo, este habia sido muerto y se decìa que no fue asesinado,claro nadie deberìa sospechar de las circunstancias que llevaron asesinar a Huber... costò que se tomara y se reabriera el proceso.
Este uniformado habia sido un ejemplo de vida dentro de la milicia chilena. Huber vivìa presionado,pero nunca delatò.
Sin embargo la conciencia al MAMO le hizo ver que alguna vez llegarìa el tiempo en que diria basta, y gritarle al mundo que su camarada habìa sido asesinado por quienes también habían jurado servir fielmente a la patria. No en vano estuvo años diciendo a la prensa que si el hablara temblaria toda la tierra y la historia dentro de ella. Contreras dice no es venganza es solo desnudar un hecho ilícito del cual calló ,supongo que esta bomba solo reventarìa hasta no asegurarse de obtener informaciones de primera fuente, como hasta recopilar hoja por hoja, hechos consumados y asi mantener en resguardo este inédito hecho, que viene a reafirmar lo que mucho negamos tener , una mano negra que en la practica realiza toda obsesion a quienes ostentan el poder y por ende se afanan en saciar sus deseos materialistas sin escrupulos sin respeto por el otro.
El Mamo también es estratéga y de los buenos para planficar desde un imaginario haciendonos creer que todo fue real.Pero a estas alturas, la guerra y la primera incursión la ejecuta Contreras en desmedro de su oponente el ya mítico Pinochet.
Contreras sostiene que : Huber fue asesinado por miembros de la Compañía de Operaciones Especiales de Contrainteligencia (Coeci), la que por aquellos años funcionaba en el Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), a cargo del entonces coronel Manuel Provis Carrasco.

Manuel Contreras asegura que Gerardo Huber conocía los ilícitos relacionados con la familia Pinochet. A Marco Antonio Pinochet Hiriart lo conocía bien. Ambos habían coincidido en la Embajada de Chile en Washington en los años 1985-86
.Manejaba tanta información sobre la familia reinante que, según Contreras, su vida dependía de su silencio.
Cuando Huber desapareció, el 29 de enero de 1992, supuestamente desde el puente El Toyo en el Cajón del Maipo, la operación comunicacional preparada por la entonces Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) se ejecutó exitosamente cuando, más tarde, el 20 de febrero de 1992, el coronel apareció muerto en el lecho del río Maipo con un tiro en la cabeza:
Huber se había suicidado, y punto. Ya no darìa mas que hablar.

Pero Contreras entrega un detalle adicional: el día que desapareció, Huber abandonó la casa de su íntimo amigo Elwin Tapia en el Cajón del Maipo, donde alojaba, para alejarse de la presión de los medios y del Ejército, porque miembros de la DINE lo llamaron para comunicarle que Pinochet quería reunirse con él.
Ya que la hija de Tapia, casada con uno de los nietos del ex dictador, se encontraba en la misma casa cuando Huber desapareció.

Al día siguiente, el 30 de enero, Loreto Tapia, junto con su marido, Hernán García Pinochet, viajaron a Bucalemu, donde se encontraba el ex dictador, entonces comandante en jefe del Ejército.
“Ese mismo día, Pinochet me llevó a su oficina en la casa, me hizo sentar frente a su escritorio, donde me manifestó que mi tío Gerardo Huber había desaparecido.
Me dijo que estaba todo solucionado y yo me puse a llorar”, declaró la joven Loreto Tapia en el caso.
Esta última tesis de Contreras no se aleja de lo que el ministro Claudio Pavez ha establecido hasta la fecha.

Queda claro que el ex director de la DINA tenía una cuenta pendiente con Pinochet, la que cobró apuntando a la faceta más imperdonable del ex dictador para moros y cristianos: el origen ilícito de su fortuna.

Contreras afirma, además, que la existencia de la fortuna de Pinochet era un hecho comentado por altas autoridades del Ejército de la época; se llegaba a decir que hasta sus tataranietos serían inmensamente ricos.

Pero el ex jefe de la DINA no sólo se limitó en el documento a relatar sus ya clásicas teorías conspirativas sobre la participación de la CIA en el atentado contra el ex canciller Orlando Letelier, ocurrido en Washington en 1976, sino que aprovechó la oportunidad para dejar establecido procesalmente –por primera vez desde el inicio de la transición– cómo Pinochet armó su fortuna de manera ilícita.

Contreras, asegura en su informe que cuando Huber se hizo cargo del Complejo Químico del Ejército ubicado en Talagante, a mediados de los ’80, el químico de la DINA Eugenio Berríos, junto a otro “cocinero”, se encargaban de elaborar cocaína “negra”, conocida también como “coca rusa”.

La fórmula para fabricarla era mezclar el alcaloide con sulfato ferroso y otras sales minerales para ayudar a que éste se impregnara del pigmento, de modo que se adhiriera a distintas superficies y careciera del tradicional olor que permite a los perros detectarla.

Un ejemplo de cuán moderno era el sistema Berríos ,del cualbse verificó en julio del año pasado, cuando la policía descubrió en el puerto de Manzanillo (México) un cargamento con seis toneladas de esta droga.

Ésta fue transportada por el buque “Colibrí” desde el terminal marítimo de Callao (Perú).

No pudo ser detectada por los métodos tradicionales en más de cinco países por donde recaló la nave. Según Manuel Contreras, la elaboración de cocaína en el recinto del Ejército fue autorizada por la más alta autoridad del mismo (Pinochet), donde trabajó Berríos.

En esta actividad habrían participado Marco Antonio Pinochet y Edgardo Bathich.

La producción, , era enviada a Estados Unidos y Europa, donde el pariente político de Bathich, el famoso traficante internacional de armas y drogas Monser Al Kassar, la distribuía para posteriormente enviar remesas a las distintas cuentas que el clan Pinochet mantenía en el viejo continente y EEUU.

Molina Sanhueza escribe el artículo editado ayer en L.N.D.

Un Diario de Mujer

Saturday, July 08, 2006

Senado aprobó la reapertura de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura

Valparaíso | 04/07/2006 | Departamento de Prensa |

Senado aprobó la reapertura de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura

La Corporación aprobó hoy, por unanimidad, un proyecto de acuerdo impulsado por la senadora Soledad Alvear, con el apoyo de senadores de la Concertación, para pedir al Ejecutivo que dé una segunda oportunidad a quienes fueron víctimas de torturas.

Por unanimidad, el Senado respaldó el proyecto de acuerdo que presentaron un grupo de senadores de la Concertación encabezados por Soledad Alvear para pedir a la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, que reabra la Comisión Valech y dar así “una segunda oportunidad a quienes fueron víctimas de tortura durante la dictadura y que por vergüenza no se atrevieron a dar su testimonio”.

La iniciativa pretende abrir un nuevo período de recepción de testimonios y evaluación de casos de personas que sufrieron torturas entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990, ante la Comisión Nacional Sobre Prisión Política y Tortura, más conocida como Comisión Valech.

El proyecto de acuerdo fue patrocinado además por los senadores Fernando Flores, Guido Girardi, José Antonio Gómez, Roberto Muñoz Barra, Hosaín Sabag, Jaime Gazmuri, Carlos Ominami, Alejandro Navarro, Pedro Muñoz y Juan Pablo Letelier.

La senadora Alvear expresó que “para muchas familias en nuestro país, saber que van a poder entregar su testimonio respecto de la tortura sufrida por ellos o alguno de sus familiares, es algo que va a contribuir a su sanación”.

Agregó que “la Comisión Valech funcionó durante algunos meses y se entregaron muchos testimonios, más de 30 mil. Sin embargo, muchos chilenos y chilenas no se atrevieron a ello, porque revivir experiencias dolorosas de hace 30 años o tener que compartirlas con sus hijos, hacerlas públicas, les daba vergüenza relatar aquellos sufrimientos que vivieron”.

No obstante, explicó que “cuando se entregó el informe y esas personas vieron que tantos lo habían hecho, les surgió el deseo de volver a tener una oportunidad y así lo plantearon a muchos parlamentarios, entre los cuáles me cuento, a través de correos electrónicos y de cartas”

En tanto, el senador José Antonio Gómez, quien integró la primera Comisión Valech, coincidió con su par en el sentido que “muchas personas quedaron fuera de dar su testimonio, entre ellos, las viudas de algunas personas que fallecieron durante el período en que funcionaba la comisión. Por eso, es muy importante que la Presidenta de la República acoja este llamado”.

Artículos Relacionados