“La verdad duele”.“ La coca negra de un militar”.
El jaque mate del ex general del ejército chileno Manuel Contreras acaba con el rey, el ex-dictador chileno el longevo Cesar Augusto Pinochet Ugarte y su descendencia completa.
Contreras decide acusar al círculo del ex dictador plasmando sus dichos en el proceso por el homicidio de un militar que apreciaba: el coronel Gerardo Huber. Durante años cargaba con este trago amargo que envenenaba sus encarcelados dìas; pues hace quince años atrás con la muerte del coronel Huber algo quedò sin resolver; Contreras le debia su irrestricto respeto a Gerardo, este habia sido muerto y se decìa que no fue asesinado,claro nadie deberìa sospechar de las circunstancias que llevaron asesinar a Huber... costò que se tomara y se reabriera el proceso.
Este uniformado habia sido un ejemplo de vida dentro de la milicia chilena. Huber vivìa presionado,pero nunca delatò.
Sin embargo la conciencia al MAMO le hizo ver que alguna vez llegarìa el tiempo en que diria basta, y gritarle al mundo que su camarada habìa sido asesinado por quienes también habían jurado servir fielmente a la patria. No en vano estuvo años diciendo a la prensa que si el hablara temblaria toda la tierra y la historia dentro de ella. Contreras dice no es venganza es solo desnudar un hecho ilícito del cual calló ,supongo que esta bomba solo reventarìa hasta no asegurarse de obtener informaciones de primera fuente, como hasta recopilar hoja por hoja, hechos consumados y asi mantener en resguardo este inédito hecho, que viene a reafirmar lo que mucho negamos tener , una mano negra que en la practica realiza toda obsesion a quienes ostentan el poder y por ende se afanan en saciar sus deseos materialistas sin escrupulos sin respeto por el otro.
El Mamo también es estratéga y de los buenos para planficar desde un imaginario haciendonos creer que todo fue real.Pero a estas alturas, la guerra y la primera incursión la ejecuta Contreras en desmedro de su oponente el ya mítico Pinochet.
Contreras sostiene que : Huber fue asesinado por miembros de la Compañía de Operaciones Especiales de Contrainteligencia (Coeci), la que por aquellos años funcionaba en el Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), a cargo del entonces coronel Manuel Provis Carrasco.
Manuel Contreras asegura que Gerardo Huber conocía los ilícitos relacionados con la familia Pinochet. A Marco Antonio Pinochet Hiriart lo conocía bien. Ambos habían coincidido en la Embajada de Chile en Washington en los años 1985-86
.Manejaba tanta información sobre la familia reinante que, según Contreras, su vida dependía de su silencio.
Cuando Huber desapareció, el 29 de enero de 1992, supuestamente desde el puente El Toyo en el Cajón del Maipo, la operación comunicacional preparada por la entonces Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE) se ejecutó exitosamente cuando, más tarde, el 20 de febrero de 1992, el coronel apareció muerto en el lecho del río Maipo con un tiro en la cabeza:
Huber se había suicidado, y punto. Ya no darìa mas que hablar.
Pero Contreras entrega un detalle adicional: el día que desapareció, Huber abandonó la casa de su íntimo amigo Elwin Tapia en el Cajón del Maipo, donde alojaba, para alejarse de la presión de los medios y del Ejército, porque miembros de la DINE lo llamaron para comunicarle que Pinochet quería reunirse con él.
Ya que la hija de Tapia, casada con uno de los nietos del ex dictador, se encontraba en la misma casa cuando Huber desapareció.
Al día siguiente, el 30 de enero, Loreto Tapia, junto con su marido, Hernán García Pinochet, viajaron a Bucalemu, donde se encontraba el ex dictador, entonces comandante en jefe del Ejército.
“Ese mismo día, Pinochet me llevó a su oficina en la casa, me hizo sentar frente a su escritorio, donde me manifestó que mi tío Gerardo Huber había desaparecido.
Me dijo que estaba todo solucionado y yo me puse a llorar”, declaró la joven Loreto Tapia en el caso.
Esta última tesis de Contreras no se aleja de lo que el ministro Claudio Pavez ha establecido hasta la fecha.
Queda claro que el ex director de la DINA tenía una cuenta pendiente con Pinochet, la que cobró apuntando a la faceta más imperdonable del ex dictador para moros y cristianos: el origen ilícito de su fortuna.
Contreras afirma, además, que la existencia de la fortuna de Pinochet era un hecho comentado por altas autoridades del Ejército de la época; se llegaba a decir que hasta sus tataranietos serían inmensamente ricos.
Pero el ex jefe de la DINA no sólo se limitó en el documento a relatar sus ya clásicas teorías conspirativas sobre la participación de la CIA en el atentado contra el ex canciller Orlando Letelier, ocurrido en Washington en 1976, sino que aprovechó la oportunidad para dejar establecido procesalmente –por primera vez desde el inicio de la transición– cómo Pinochet armó su fortuna de manera ilícita.
Contreras, asegura en su informe que cuando Huber se hizo cargo del Complejo Químico del Ejército ubicado en Talagante, a mediados de los ’80, el químico de la DINA Eugenio Berríos, junto a otro “cocinero”, se encargaban de elaborar cocaína “negra”, conocida también como “coca rusa”.
La fórmula para fabricarla era mezclar el alcaloide con sulfato ferroso y otras sales minerales para ayudar a que éste se impregnara del pigmento, de modo que se adhiriera a distintas superficies y careciera del tradicional olor que permite a los perros detectarla.
Un ejemplo de cuán moderno era el sistema Berríos ,del cualbse verificó en julio del año pasado, cuando la policía descubrió en el puerto de Manzanillo (México) un cargamento con seis toneladas de esta droga.
Ésta fue transportada por el buque “Colibrí” desde el terminal marítimo de Callao (Perú).
No pudo ser detectada por los métodos tradicionales en más de cinco países por donde recaló la nave. Según Manuel Contreras, la elaboración de cocaína en el recinto del Ejército fue autorizada por la más alta autoridad del mismo (Pinochet), donde trabajó Berríos.
En esta actividad habrían participado Marco Antonio Pinochet y Edgardo Bathich.
La producción, , era enviada a Estados Unidos y Europa, donde el pariente político de Bathich, el famoso traficante internacional de armas y drogas Monser Al Kassar, la distribuía para posteriormente enviar remesas a las distintas cuentas que el clan Pinochet mantenía en el viejo continente y EEUU.
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