Saturday, June 10, 2006

REFLEXIONES SOBRE LA REVOLUCIÓN DE LOS PINGÜINOS


Conversamos sobre la Revolución de los Pingüinos. Lo hacemos partiendo de la propia experiencia académica y a la luz de la Reforma del 68, que vivimos de manera activa en la Universidad de Chile.

La lucha por una reforma real se produjo 1968, alcanzándose la participación de los estudiantes y los administrativos en el gobierno universitario. Desde esta visión que es parte de la historia, nos aproximamos a esta nueva revolución para establecer con el mayor respeto, algunas reflexiones.

Nos formulamos las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué significa reconocer constitucionalmente el derecho a la educación?
  2. ¿Cómo conciliar el estado docente con la libertad de enseñanza?
  3. ¿Qué hacer con la municipalización?
  4. ¿Qué hacer con las subvenciones a sostenedores?


¿Qué significa reconocer constitucionalmente el Derecho a la Educación?

- Lo primero es reconocer que hoy día estamos insertos en un sistema económico totalmente diferente al que existía el año 1968. Por lo tanto, debemos identificar con claridad los elementos básicos que dan forma al nuevo sistema y evitar caer en las comparaciones típicas de la nostalgia, a la que algunos están tan acostumbrados que la utilizan como fundamento de sus posiciones críticas.

- El derecho a la educación consagrado en la Constitución no sería suficiente si no se modifica el tema de fondo, es decir se asegura que exista voluntad política de tomar esto como un deber de Estado. En caso contrario podemos caer en un enunciado típico en el sistema chilensis, es decir, “se dice pero no se cumple”, como lo era el enunciado de las Leyes de Indias en la época de la Colonia cuando, para defender el interés de los encomenderos, los gobernadores recibían las Leyes de Indias del Rey de España, se la colocaban sobre la cabeza y recitaban la fórmula “se obedece pero no se cumple”.

- Con este mismo criterio se puede analizar el caso de la ley indígena y de la ley del medio ambiente. Ambas son excelentes leyes, pero simplemente no se cumplen, porque prima por sobre ellas el derecho a la propiedad privada consagrada constitucionalmente. Y este es el problema fundamental de nuestro sistema económico y, por ende, de nuestro sistema educacional: “lo más importante es el derecho a la propiedad privada en lugar del derecho a una buena educación”.

¿Cómo conciliar el Estado Docente con la Libertad de Enseñanza?

Creo que no debemos confundir la propiedad privada de los establecimientos de enseñanza con la libertad de enseñanza. Hay libertad y debe haber libertad de enseñanza, si hay sectores dispuestos a financiar dicha libertad, por ejemplo: sectores religiosos que proporcionan una buena educación y cuyo financiamiento depende de los recursos privados de sus propios miembros, ya sea de los educadores o de los padres de los educandos.

El problema educacional se concentra en el principio de igualdad de oportunidades, ya que afecta a los sectores sociales que no tienen los recursos para financiar una buena educación. Y en este aspecto, tanto los “sostenedores de establecimientos subvencionados” como los “establecimientos municipalizados”, enfrentan una situación similar: “no disponen de los recursos necesarios para entregar una buena educación”.

Las razones para ello son diferentes, ya que en el caso de los “subvencionados” de alguna parte debe provenir la utilidad que perciben los sostenedores y lógicamente, esa utilidad es inversamente proporcional a la calidad de la enseñanza, debido a los bajos sueldos que se paga a la “mano de obra”, que son a fin de cuentas los profesores en este sistema.

¿Qué hacer con la municipalización?

En el caso de los “municipalizados”, el problema se concentra en la carencia de experticia del personal municipal en el área de educación, en que se les trasladó una función que no saben cómo administrar. Se entiende que los expertos en la materia están en el Ministerio de Educación y por supuesto en las Secretarías Regionales del ramo. Me parece un descriterio lo expresado por el actual Ministro de Educación respecto a la centralización, como si la posibilidad de que su Ministerio recuperara el control de la educación en el país significara necesariamente un proceso de centralización, sin tener en cuenta la necesaria regionalización que implican las secretarías regionales ya existentes. Las municipalidades no pueden ejercer el rol de “educadores”, ni siquiera considerando las actuales normas de la administración capitalista, ya que su negocio principal no es la educación. Se necesita que un organismo central estandarice las normas, los nuevos contenidos. Recién ahí se podrá empezar a hablar de calidad.

¿Qué hacer con las subvenciones a sostenedores?

Las subvenciones a los sostenedores, tal como ha sido concebida, a tanto por alumno presente en clases, no tiene utilidad alguna respecto a la igualdad de oportunidades. El hecho indiscutible es que los sostenedores están en el negocio de la educación para obtener “utilidades”, que son legítimas desde el punto de vista de la actividad privada, pero que son “insostenibles” para un proceso educacional que debe entregar la máxima calidad precisamente a los sectores más pobres que no pueden financiar una educación privada. El sistema de sostenedores difícilmente podrá proveer una buena educación si el fin es el lucro. No se trata de fiscalizar lo mismo, sino cambiar los parámetros de funcionamiento, exigiendo buenos resultados y sacando del sistema a los corruptos.



HNV-RSR junio 10/2006

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