Una Carta Abierta espera respuesta.
Roberto Sapiains, ex prisionero de guerra, ha escrito al Intendente Regional, Luis Guastavino Córdova una carta abierta que se ha publicado en el blog www.robertosapiains.blogspot.com y ha sido enviada por su autor a todos los medios, en la cual le solicita, respetuosamente, que clarifique su posición frente a los incumplimientos de los Convenios de Ginebra en que estaría incurriendo el Estado de Chile.
En su presentación, Roberto Sapiains presenta una relación extensa de tales situaciones y le pide al Señor Guastavino que defina públicamente su posición respecto a las citadas actuaciones de las instituciones del Estado de Chile. Habiendo compartido instancias de dirección política provincial en el gobierno de la Unidad Popular, la carta de Sapiains a Guastavino es un importante documento para clarificar los entretelones que se vivieron antes del golpe de estado, estableciendo las diferencias en cuanto a actuación de ambos frente a esa situación. Sapiains fue detenido el mismo día 11 de septiembre, mientras Guastavino, protegido por vecinos, evitaba el arresto y lograba escapar. La carta abierta emplaza al actual Intendente a que reconozca que en Chile se vivió un estado de guerra interna, formalizado el día 12 de septiembre por DL Nº5 de la Junta Militar, según el cual, ellos, Guastavino y Sapians, en ese mismo orden, eran los “enemigos”.
En lo medular, expone:
“1) Que a comienzos del mes de junio de 1973, el señor Aristóteles Berlendis, Serenísimo Gran Maestro de la Masonería de Chile, aplicó la sanción de “poner en sueño” a la Logia Pedro Aguirre Cerda, en la cual participaban la mayoría de los políticos de izquierda miembros de esa Honorable Institución, incluyendo al Presidente de la República Dr. Salvador Allende, en el grado de Maestro. Esta sanción causó un gran impacto al Presidente Allende y a todo su equipo de gobierno, de lo cual fui testigo presencial, y, debo decirlo, constituyó el Primer Golpe en el camino hacia el 11 de septiembre de 1973. Así lo manifestó el mismo Presidente Allende en un emocionado Mensaje al país desde el entonces edificio de la UNCTAD, en Santiago de Chile.
2) Se ha establecido, más allá de toda duda razonable, que la CAUSA de esa SANCIÓN era totalmente falsa, ya que el Presidente Allende NO estaba preparando un Autogolpe de Estado para imponer la Dictadura del Marxismo Revolucionario al estilo Cubano en Chile. Esta acusación fue planteada en el presunto PLAN ZETA y todos quienes fuimos acusados de participar en ese Plan, hemos logrado probar finalmente la total falsedad de esa acusación.
Así lo reconoce el Informe Valech, al establecer ‘a firme’ que:
“Los esfuerzos de propaganda del régimen buscaron crear –con el apoyo de los medios de comunicación partidarios, que amplificaban la versión oficial de los hechos- un clima de opinión favorable a la aplicación de acciones punitivas. Resulta ilustrativo el presunto Plan Z, que habría definido genéricamente las víctimas en la mira de la izquierda abocada a la conquista del poder total por medio de la fuerza, y que evidencia, por parte de los militares y de sus colaboradores civiles, la pretensión de disculpar las medidas represivas, así presentadas como actos de legítima defensa. El Plan Z destacaba entre los alarmantes hallazgos consignados en el Libro blanco del cambio de gobierno en Chile, obra redactada para suscitar apoyo emocional al golpe militar y sus consecuencias, ilustrada con fotos del “armamento de guerra pesado y liviano encontrado por las fuerzas militares y de orden en los arsenales de la Unidad Popular”. Este libro, cuyas revelaciones nunca han podido ser validadas empíricamente, presentaba al pronunciamiento militar como la oportuna y justa reacción al inminente autogolpe de la Unidad Popular. La “parte más siniestra de dicho operativo –se informaba a la desprevenida población del país- era el exterminio simultáneo, en todo el país, de los altos oficiales de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, así como de dirigentes políticos y gremiales opositores. Se perseguía, con este golpe criminal, que debía iniciarse el 17 de septiembre, paralizar por el terror toda resistencia a la dictadura de la Unidad Popular, que se implantaría de inmediato”. Debe consignarse que el Libro blanco serviría como prueba inculpatoria en procesos llevados a cabo por tribunales militares, lo que constituía una violación a las normas imperantes de admisibilidad de los medios de prueba. Entre los partidarios del golpe militar, tampoco debe desestimarse su papel legitimador de la violencia política, acompañada de indulgencia ante los atropellos al imperio del Derecho, incluso al interior del Poder Judicial”. (Páginas 162 y 163 del Informe Valech)
3) Que yo, Roberto Sapiains Rodríguez, dirigente provincial del Comité de la Unidad Popular en Valparaíso, en representación del Partido Izquierda Cristiana, aprobé la decisión del Comité Provincial, tomada en el mes de julio de 1973, de crear una Coordinadora de los Aparatos Armados de los partidos de la Unidad Popular en Valparaíso para defender al Gobierno del presidente Allende de una eventual Ofensiva Armada Golpista. Me permito recordarle que usted, como representante del Partido Comunista al Comité Provincial, también votó a favor de dicha decisión. Además, usted participó en mi designación en el cargo de COORDINADOR entre el Comité Provincial de la Unidad Popular y la citada Coordinadora de Aparatos Armados, sin que esto implicara Mando Directo de mi parte sobre ninguno de los Aparatos Armados de cada partido.
4) Que estoy convencido de que si usted hubiera sido capturado por algún Destacamento de Comandos de Infantería de Marina le hubiera ocurrido lo mismo que a mí me ocurrió y hubiera tenido que enfrentar Consejos de Guerra acusado de ser el Líder de los Prisioneros de Guerra de Valparaíso. Entiendo entonces que usted relate al diario El Mercurio de Valparaíso del día Domingo 4 de septiembre de 2005, “la odisea que vivió mientras estuvo oculto en este Puerto, entre el 11 de septiembre y fines de octubre de 1973, cuando fue llevado a Santiago para que se asilara” También entiendo su indignación respecto a las “falsas acusaciones” propaladas por la prensa de la Junta Militar, tanto sobre su huída “vestido de mujer” como sobre “los 145 mil dólares y siete millones de escudos en billetes de cinco mil, que todavía no salían a la circulación y que estaban en pliegos sin cortar”. Fueron efectivamente “malévolos procedimientos perpetrados a mansalva” como usted lo señala a esa publicación de El Mercurio, y la mayoría de nosotros sentimos la misma indignación respecto de ellos.
5) Pero, a mí personalmente siempre me extrañó que los comunistas negaran tan firmemente las “falsas acusaciones” respecto a su persona, como dirigente del P.C en Valparaíso, y, a la vez, creyeran con tanta facilidad esas mismas acusaciones cuando fueron formuladas en mi contra como Dirigente Provincial de la Unidad Popular. Debo reconocer sí algunas importantes diferencias entre su caso y el mío: Respecto al dinero, yo tenía en mi domicilio particular dinero efectivo en la cantidad total de 14.500.000 de escudos, fondos públicos que pertenecían a la Corporación de Desarrollo de Valparaíso y Aconcagua, CORDVAC, y que estaban legalmente bajo mi custodia personal. De la misma forma, mantenía en mi casa la cantidad de 85.000 dólares en billetes. Además de valores financieros, como libretas de ahorro y Certificados de Ahorro Reajustables, y dinero efectivo adicional en fajos de billetes de quinientos y cien escudos, por un valor total aproximado de 15.000.000 de escudos. Sin embargo, “las falsas acusaciones” consistieron en acusarme vía El Mercurio y La Estrella de Valparaíso de esa época, de haber cometido el presunto delito de malversación de caudales públicos, precisamente con los dineros de la CORDVAC, que una vez incautados por la Fiscalía Naval los hicieron “desaparecer” y nunca fueron reintegrados a la Corporación.
6) Otra de las importantes diferencias entre su caso y el mío, es que yo decidí quedarme a cumplir con mis responsabilidades respecto a los compañeros de base de los partidos de la Unidad Popular, que obedeciendo nuestras órdenes como dirigentes de la UP en Valparaíso, se habían acuartelado para resistir la Ofensiva Armada del Fascismo Golpista. No critico a quienes tuvieron que arrancar a asilarse, ya sea con o sin Orden de Partido, sólo me permito establecer la diferencia que para mí en muy importante como cuestión de honor. Debido a mi actitud de asumir responsabilidades fui acusado, procesado y condenado como Criminal de Guerra por un Consejo de Guerra Naval que infraccionó gravemente el Convenio de Ginebra Relativo al Trato de prisioneros de Guerra, ley internacional vigente en Chile desde el año 1951 y aplicable a la situación en virtud del Decreto ley Nº 5, que declaró jurídicamente el Estado de Guerra en Chile, a contar del 11 de septiembre de 1973. Esta es la situación que hoy día muchos compañeros del pasado están negando, no queriendo reconocer la situación de miles de prisioneros de guerra en Chile que vieron violados flagrantemente todos sus derechos humanos, como lo ha comprobado el Informe Valech en los párrafos que me he permitido citar.
7) Por lo tanto, le solicito respetuosamente señor Intendente de la Quinta Región de Valparaíso, don Luis Guastavino Córdova, que usted defina públicamente su posición respecto a la aceptación íntegra del Informe Valech y manifieste su rechazo a la decisión del señor Presidente de la República de Chile, don Ricardo Lagos Escobar, de “declarar secretos, por al menos 50 años, los antecedentes recolectados por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura”, lo que obviamente nos impide a todos los que fuimos Calificados en la Lista Nacional del Informe Valech, de hacer uso de dichos antecedentes para incoar causas judiciales que se fundamenten en el testimonio rendido ante la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura presidida por Monseñor Valech.
Es Justicia.
Roberto Sapiains Rodríguez
Ex-prisionero de guerra de Valparaíso
RUT 4.827.910 - 4
VALPARAÍSO, 25 de Diciembre de 2005.-
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