Tuesday, September 06, 2005

Vivencias cruzadas, durante el Gobierno Popular


Estar en septiembre nos motiva a apurar el tranco en estos diálogos.

Entremos a escudriñar situaciones vividas u observadas 32 años atrás. Sabemos que la sensibilidad aumenta en este período y no podemos desaprovechar este momento para plantear desde la historia, nuestra historia y la de miles de compatriotas, la realidad de una época que ha sido mutilada y transformada para conveniencias del presente.

Seguimos conversando con Roberto Sapiains, para remontarnos a los setenta. Pese a la presión internacional por forzar a la Democracia Cristiana a desconocer el triunfo de Allende, el Congreso lo respaldó, pero se exigió un compromiso de respetar la institucionalidad. La Unidad Popular iniciaba sus mil días restringida en sus objetivos de Revolución por la vía democrática. El asesinato de René Schneider había causado la reacción de la Democracia Cristiana y Eduardo Frei Montalva, estigmatizado como el Kerensky chileno, entrega el 4 de Noviembre de 1970 la banda presidencial a Salvador Allende, masón, marxista, demócrata y socialista. Un médico que había nacido en cuna de oro y que era compadre de Frei Montalva.


Roberto, cuéntame cómo derivaste de ser el generalísimo de la campaña de Radomiro Tomic a la Unidad Popular. ¿No fue un cambio oportunista el de la Izquierda Cristiana?

Roberto: Por el contrario, yo sabía perfectamente que el golpe de Estado venía, al momento en que me retiré del partido demócrata cristiano. Yo había sido elegido primer Consejero Provincial del partido en Valparaíso, el año 1971, después de desempeñarme como Jefe Nacional de la DCU, Democracia Cristiana Universitaria, y pude apreciar mientras actué a nivel nacional que una parte importante de los dirigentes máximos del PDC no estaban de acuerdo con que el presidente Allende completara su período presidencial. Esto no llegaba a las bases, pero era una pugna que se daba a nivel de dirigentes. Puedo señalar que personas como Juan de Dios Carmona y William Thayer, para mencionar algunos, estaban totalmente comprometidas con una salida golpista, que constituyera en el poder una Junta Militar. Ahora, nuestro problema era el haber adquirido un compromiso de honor con el Presidente Allende, que no hubiera sido ratificado en ese cargo sin los votos del PDC en el Congreso. Del lado contrario, por el respeto a este compromiso estuvo tajantemente Don Edmundo Pérez Zujovic, que siempre se opuso a una salida que incluyera la participación de militares en política. Él, permanentemente, nos decía que no había que permitir una salida golpista por ningún motivo, porque significaría la destrucción de la institucionalidad chilena.

HNV: Cuando sale la Izquierda Cristiana de la DC, entiendo que buscaba recomponer el centro político siguiendo la posición de Tomic y que con su incorporación se ampliaba la base democrática del nuevo gobierno, estás de acuerdo?

Roberto: no exactamente, ya que al comienzo sólo buscábamos establecer la tercera posición. Recuerda que éramos los terceristas que habíamos quedado dentro después que salió el grupo MAPU, más proclive a la izquierda y que después asumió el marxismo como instrumento…

HNV: y qué posición tenía Frei en todo esto. Ahora que se sabe que su campaña inicial fue financiada por la CIA, ¿cómo pudo resistir la presión de Nixon para desconocer a Allende y nombrar a Alesandri?

Roberto: No sé exactamente lo que pensaba Don Eduardo en su fuero íntimo, pero me consta que tenía una contradicción básica, ya que su consejero en el oído derecho era Juan de Dios Carmona y al izquierdo, Pérez Zujovic, oponiéndose a una salida antidemocrática. Según los documentos desclasificados de la CIA, Don Eduardo no quiso pasar a la historia como el Presidente que había destruido la democracia en
Chile y no habría participado del plan Track II que buscaba instalar una Junta Militar. Actualmente se ha conocido la forma en que fue asesinado, probablemente por esta razón, que de alguna manera lo alejó de un aliado muy peligroso, el cual reaccionó descalificándolo históricamente…

HNV: Estamos empezando el gobierno de Allende. Tú todavía trabajabas en la Aduana, verdad? Yo llevaba pocos meses en el aeropuerto de Pudahuel. Pronto me llamarían a asumir un cargo en el gobierno popular y tú llegarías a la Corporación de Desarrollo de Valparaíso y Aconcagua... hablemos de esto, en términos de ubicarnos en esa época acelerada…

Roberto: Tú llegaste primero, porque habías estado en toda la campaña y supe que te pidieron en comisión de servicio y por un tiempo saliste de la Aduana a trabajar en la Dirección de Turismo. Nosotros en la Izquierda Cristiana llegamos a la Unidad Popular en octubre de 1971, cuando el Presidente Allende necesitaba mantener el pluralismo dentro de la coalición. Recordemos que el Partido Radical se había declarado marxista y se había dividido. Es en ese momento en que salimos de la DC porque era insostenible la situación interna y nos integramos a la UP. Yo trabajaba hasta ese momento en la Aduana de Valparaíso, o sea éramos colegas, sólo que en Aduanas distintas. Posteriormente, el año 1972 en diciembre, fui nombrado en el cargo de confianza del Presidente de la República como Director de Administración y Finanzas de la Corporación de Desarrollo de Valparaíso y Aconcagua.

HNV: me queda más claro… Uds. llegaron a la Unidad Popular en 1971 cuando en las municipales de ese año la UP llegó, si mal no recuerdo, a obtener un 52% de respaldo, lo que pienso, detonó la acción más violenta de la derecha. Recuerdo que en 1971 se hablaba de la posibilidad de un Acuerdo de la UP con los terceristas de la DC y que eso se frustró con el asesinato de Pérez Zujovic, quien tuvo a cargo la represión en una toma de terrenos en Puerto Montt y fue estigmatizado como reflejo de las posiciones de derecha en la DC, cuestión que tú estás corrigiendo al comentar su actitud antigolpista. Quizás por eso mismo, se le eligió como víctima para generar la ruptura de esta posibilidad de acercamiento entre ambos bloques…

Roberto: desde mi parecer, el asesinato de Don Edmundo fue ordenado por la CIA y realizado por el grupo de la VOP, Vanguardia Organizada del Pueblo, que se había creado reclutando socialistas de izquierda que estaban por la vía armada y que no sabían que eran títeres de una maniobra internacional. Tampoco sabían de donde provenían los recursos y las armas que se les entregaban…

HNV: coincides conmigo entonces en que al eliminarlo se quiso borrar un factor que neutralizaba hasta ese momento a los más derechistas y golpistas dentro del PDC, que no fue casual que se le colocara la etiqueta de represor yq eu todo condujo a un crimen de conveniencia para aislar más a Allende…

Roberto: por supuesto, Don Edmundo era Ministro del Interior cuando ocurrió la matanza de Puerto Montt y su responsabilidad era sólo política. Nadie podría sostener que él ordenó disparar contra los pobladores. Esa fue una decisión del oficial a cargo de la situación. El problema fue que el Partido Comunista sin conocer la situación interna del PDC, buscó la responsabilidad política y creyó que atacaba a un enemigo de clase reputado como golpista, cuando era todo lo contrario…

HNV: estamos en medio de un proceso perverso. Desestabilizar al gobierno popular significó aislarlo e incentivar el ultrismo que haría temer a los sectores medios… pero antes de ir a eso, quiero comentarte como viví el último trimestre de 1971, cuando viajé a Europa como representante juvenil del gobierno a participar en una roda de turismo juvenil del BITEJ en Praga, en una experiencia que me permitió presentar a los europeos un modelo nuevo: la estrategia democrática hacia el socialismo, una opción que era tercerista en el contexto de guerra fría, que no era entendida por la Unión Soviética y era combatida por el imperialismo norteamericano con estas medidas de sedición política que estamos recordando.

Como becario pude participar en encuentros con delegaciones de Europa occidental y oriental. Los soviéticos siempre pretendían entregar asistencia técnica y nosotros queríamos un apoyo concreto, no simbólico. La cooperación principal se tejió con las juventudes de Polonia y Checoslovaquia, que resistían en su realidad a la bota soviética, antes que con los dirigentes de la URSS, que mantenían una posición totalmente sectaria y querían canalizar solamente agua para su molino. Después de ese viaje, el sentimiento fue un poco el que vivió Edwards en Cuba, cuando fue declarado persona non grata. Negociar, interrelacionar con el sistema oficial de la Europa socialista, generó un sentido de soledad, de sentir que dentro del proceso se marchaba con muy pocos aliados reales, y muchos y crecientes adversarios dentro y fuera de la Unidad Popular.

Roberto: la lógica de la guerra fría significaba mantener los acuerdos finales entre los aliados de la segunda guerra mundial y la URSS no iba a permitir que ningún gobierno popular echara a perder esa estrategia. Si Cuba lo hizo, triunfando su revolución, fue porque los norteamericanos no se opusieron a ella al comienzo. Lo vinieron a hacer a destiempo, cuando Fidel Castro se había consolidado en el poder y había establecido la alianza con el enemigo ideológico, la URSS.

HNV: Recuerdo que en ese viaje me di cuenta de la gerontocracia que imperaba en el sistema comunista, su máximo dogmatismo, la negación de espacios para el disenso, la poesía, la música. Eso era totalitarismo y era lo que no queríamos fuera un gobierno popular en Chile. Cuando volví a Chile, luego de tres meses, comprobé que la escalada del dogmatismo cundía y crecía la violencia, la incapacidad de construir un piso democrático se hacia sentir. En el MAPU, nacido como Movimiento de Acción Popular Unitario, se vivía el cisma, cada fracción detrás de imponer posiciones diferentes, uno caminando hacia posiciones ultraizquierdistas y otros queriendo ser leales al Presidente Allende, pero, de todas formas con una división que sembró mayor desconcierto entrando 1972. Mi vivencia fue que no adherí a ninguna de las dos corrientes y seguí en una posición centrada en los valores cristianos, pero alejándome de la vorágine partidaria que caía en una dialéctica de violencia verbal, que era, por cierto, incentivada por el enorme complot que iba descomponiendo todos los sectores y ámbitos de nuestra sociedad…

¿Qué recuerdas de esa etapa, en medio de esos mil días del gobierno de Allende?

Roberto: Lo que más me impactó fue la división entre marxistas. Unos proponiendo la vía armada y otros defendiendo la vieja estrategia de Frentes Populares. Unos parecían de avanzada y otros de la vieja guardia, pero en el fondo, la izquierda revolucionaria, aunque respetable en sus posiciones ideológicas, le hacía el juego al imperialismo norteamericano, que a través de las operaciones encubiertas de la CIA, buscaba crear las condiciones para tumbar al gobierno. Por otra parte, los comunistas desconfiaban del Presidente Allende, pensando que podría actuar como Gabriel González Videla, expulsándolos del gobierno. Nadie se daba cuenta que las divisiones en el bloque de izquierda, incluyendo las que tú mencionas, incentivaban al golpismo de ultra derecha.

HNV: Creo que los hilos fueron manejándose con el sentido de aislar al Presidente. La falta de respeto a su autoridad, el cuoteo político, la captación de los sectores medios, el mercado negro, fueron ingredientes de un conktail terrorista, que fue preparando un cierre violento de un proceso que, pienso, en su primer año, había generado una popularidad social inusitada, insoportable para los intereses norteamericanos y los grupos de la derecha tradicional que se iban subordinando ante el protagonismo de dirigentes violentistas, como fuera el movimiento Patria y Libertad, que le disputaba las calles al MIR, quedando los comunistas como los únicos ordenados a las directrices presidenciales…algo que debemos ir tocando en siguientes conversaciones. Por ahora, te ofrezco que cierres estas reflexiones con una síntesis que salga no de tu racionalidad, sino de tus sentimientos, para recrear cómo sentíamos en esos momentos, 32 años atrás.

Roberto: lo verdaderamente impactante era ser testigo de que el Presidente Allende marchaba a su propio sacrificio. Creyendo que aún contaba con la obediencia y lealtad de sectores de izquierda marxista que sólo estaban luchando por sus propias posiciones en el liderazgo político. Pero, al momento de los quiubos, gran parte de los que juraron defender al gobierno popular con las armas en la mano, si era necesario, fueron los primeros en huir buscando asilo político o pasando a una clandestinidad que significaba solamente arrancar de la represión política desatada por la dictadura. Creo que Allende recién al final entendió cuan solo lo habían dejado sus compañeros de partido, más ocupados en seguir a sus dirigentes que a su Presidente, incluso el Secretario General del Partido Socialista, Carlos Altamirano, traicionó a Allende buscando imponer su propia estrategia.

3 comments:

Anonymous said...

Qué bueno poder mostrarles a mis nietos universitarios estos testimonios. Yo podría contar cómo vivimos ese tiempo en las poblaciones de Valparaíso, cuando colocábamos en las campañas las A iluminadas por Allende y cantábamos convencidos de que podríamos dignificar a la clase obrera. Yo fui dirigenta de JAP durante la UP y nadie en mi barrio robó ni hizo mercado negro, tampoco nunca nos faltó nada, es decir, nos conformábamos con poco, eramos más felices y compartíamos un plato de comida o una taza de te con real fraternidad. Me dan ganas de llorar cuando veo que ahora todo es terriblemente egoista, realmente nos mataron el alma. Sigan, por favor, y gracias.

Anonymous said...

A Roberto Sapiains lo conocí en AUC, lo seguí como líder durante la Reforma Universitaria. Sé que las pasó muy mal y me algré de poder leer estas entrevistas. Espero que se haga justicia con él y tantos, desplazados, desterrados, castigados por el odio enfermizo que cayó sobre Chile. Los felicito por este blog y voy a difundirlo para ir juntando visiones de un tiempo que nos robaron y que debemos reconstruir, por Chile del mañana, por los cabros jóvenes de hoy que no conocieron la política de sueños y utopías y repudian lo que ahora ven.
Sigan adelante que esperamos nuevos capítulos...

Anonymous said...

COPIO ENTREVISTA REALIZADA POR EL MOSTRADOR AL PROFESOR Y FILÓSOFO JAIME CONTRERAS PAEZ, QUIEN FUERA DISCIPULO DEL CURA OBRERO MIGUEL WOODWARD, TORTURADO HASTA LA MUERTE EN EL BUQUE ESCUELA ESMERALDA.

13 de Septiembre del 2005

Profesor Jaime Contreras:
''Encuentro repugnante hacer acto de desagravio en el buque Esmeralda''

por Macarena López M.

Uno de los representantes del Centro Cultural Miguel Woodward, que recuerda al sacerdote británico que murió producto de las torturas que sufrió en el buque escuela, cree que antes de cualquier actividad se debe castigar a los responsables. ''No es el acto de desagravio el que cierra el proceso'', asegura.



La querella anunciada por quince ex presos políticos del Esmeralda contra los marinos responsables de los apremios ilegítimos de los que fueron víctimas, en caso de concretarse, sería la segunda que se presenta por los hechos registrados al interior del buque escuela tras el golpe de Estado de 1973.

En 2002 los familiares del sacerdote británico Miguel Woodard, que murió tras sufrir torturas al interior de la nave, presentaron una querella en los tribunales de Valparaíso que, tras diversas vicisitudes, entre ellas, el cierre del sumario, es tramitada por la ministra Eliana Quezada.

Han pasado 32 años y las heridas aún están abiertas. Recientemente el Centro Cultural “Miguel Woodward” elaboró un documento en el que establecen los requisitos que, a juicio de este organismo, se deben reunir para realizar el acto de desagravio que negocian la Armada y un grupo de ex presos políticos.

En el documento, plantean que para realizar dicha actividad se requiere reparar la “ofensa” que sufrieron las víctimas y que estos se sientan plenamente conformes, lo que en el caso del religioso fallecido es “absolutamente imposible”.

Pese a ello, consideran que un “intento de aproximación” es posible en la medida que se cumplan esas dos condiciones, para lo cual la realización de un acto al interior del Esmeralda es una buena alternativa, pues se trata de un lugar institucional de la Armada, que a su juicio es el ofensor.

Pero, además, estiman que el acto debe ser público y que los responsables de estos hechos deben reconocer abiertamente que se cometieron las violaciones a los derechos humanos y que se trataron de acciones que fueron contra la ley, que no tienen justificación y que afectaron la dignidad de las víctimas.

Asimismo, creen que la Armada debe comprometerse a realizar una investigación para identificar a los responsables de los abusos, dar de baja a quienes aún se encuentren en servicio activo o rebajarle los honores a quienes estén en retiro, y entregar los antecedentes a los tribunales de justicia, y establecer la verdad respecto del uso del buque escuela como centro de detención.

Verdad y justicia

Si bien el profesor Jaime Contreras, representante del Centro Cultural “Miguel Woodward”, nunca sufrió la detención de los organismos represores del régimen militar y tampoco se opone a priori a los acercamientos entre la Armada y los ex detenidos, cree que para cerrar este tema previamente debe existir “verdad y justicia”.

"No es el acto de desagravio que la Armada está esperando el que cierra un proceso anterior, sino que aquí se debe hacer verdad sobre los responsables de la tortura, del crimen de Miguel, pero también se debe juzgar a la gente que dio órdenes y que fue encubridora. Debe haber justicia y se debe castigar a los responsables”, sostuvo.

“Sólo cumplidas esas dos tareas puede venir un acto que los victimarios y las víctimas aún vivas se encuentren y puedan decirse, frente a la historia y al pueblo chileno, lo que quieran, y si una víctima quiere perdonar o no a su torturador”, agregó Contreras.

Ese encuentro, a su juicio, “estaría bien si estuviera precedido por un proceso que no sea de un mes sino que de un año o más, donde se haga verdad y justicia primero. Sin esas dos condiciones sería una burla ya que se haría un retroceso en la defensa de los derechos humanos”.

”Sería repugnante”

-¿Si no hay verdad y justicia entonces no apoya hacer el acto?
-Si a usted la torturaron y la violaron 20 veces y después de 32 años le digo que nos juntemos en un café y nos reconciliamos, pero no se ha hecho verdad y justicia de lo que ocurrió.....

-Hay gente dividida entre los ex presos porque hay personas dispuestas al acto, siempre que se reconociera lo que ocurrió al interior del buque.
- Si no hay justicia no veo que reconciliación puede existir entre quien la torturó y la violó, a no ser que esa persona haya perdido la cordura y olvidado lo que sucedió o tenga alzheimer o que su moral haya sido tan dañada que usted es capaz de decir deme su mano y somos hermanos.

-¿Usted cree que los ex presos que han ido a hablar con el almirante Codina han perdido su integridad?
- Tengo la fuerte impresión que sí.

-Quizás ellos ya perdonaron lo ocurrido o creen que la generación existente en la Armada no es la misma que estuvo en La Esmeralda.
-Es posible que haya personas que perdonen, pero yo pienso que el perdón es algo personal que requiere condiciones. Quizás puedo perdonar una palabra, pero cuando se trata de vejaciones y una tortura colectiva eso es distinto. La justicia siempre es necesaria para un perdón.

- ¿Si no hay justicia y verdad no hay acto?
-La justicia siempre exige una reparación, que puede ser monetaria, de salud o moral, como decir que en este buque fue asesinado Miguel Woodward. Sin esas cosas encuentro repugnante hacer el acto.

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